La candidata presidencial del Partido Conservador Colombiano, Noemí Sanín, afirmó hoy que busca zanjar las diferencias internas de su colectividad, por lo que esta dispuesta a sentarse a dialogar con el ex precandidato Andrés Felipe Arias.

Tenemos que sentarnos a conversar y a arreglar, dijo Sanín tras señalar que tiene grandes coincidencias con Arias, particularmente en relación al manejo que le ha dado el presidente Álvaro Uribe a la denominada política de «seguridad democrática».

La ex canciller adelantó en una misora que tendrá contactos con todos los ex aspirantes de la casa azul, conversaciones que ya sostuvo con Álvaro Leyva y José Galat, a fin de buscar la unidad dentro del partido.

En opinión de analistas el conservadurismo colombiano se mueve hoy sobre aguas turbulentas, a raíz de las divisiones internas, lo cual podría ser determinante de cara a las presidenciales de mayo venidero.

Si bien Sanín es la candidata presidencial de esa colectividad, tras imponerse en una controvertida consulta por 37 mil 777 votos sobre su rival Arias, ex ministro de Agricultura, su victoria no fue contundente y mucho menos garantiza la unidad del partido.

Esa votación puso en evidencia la diferencias a lo interno, pues Sanín y Arias representan dos tendencias relativamente opuestas dentro del conservadurismo en el entramado político nacional, sobre todo en lo concerniente a las proyecciones estratégicas camino a las presidenciales del 30 de mayo.

Con la ex canciller, al menos en primera vuelta, el partido seguramente se presentará con su candidata, mientras que con Arias -más conocido como «Uribitio»- se daba por hecho que formaría una alianza con el delfín político de Álvaro Uribe, el ex ministro de Defensa Juan Manuel Santos.

Y como si fuera poco, Arias si bien felicitó a la ganadora tras admitir su derrota, manifestó que espera de su partido no desviarse de las tesis de la «seguridad democrática», controvertida política bandera de Uribe, con lo cual sembró una semilla de duda en el electorado del conservatismo.

De ahí que los analistas consideren que gran parte de ese electorado, aquel que voto por Arias, comparta la tesis de la alianza con Santos y por tanto al verse derrotado sus papeletas vayan ahora a recaer en el candidato oficialista.