La ex directora del DAS, María del Pilar Hurtado, ahora asilada en Panamá, rindió testimonio a la Fiscalía los pasados 13 y 14 de julio; y aunque su testimonio muestra vacíos y claros indicios de evasión a las preguntas que se le hacían, la Fiscalía no tomó la decisión de asegurarla a tiempo.

A pesar de ser testigo clave en el caso de las interceptaciones telefónicas y de que ella misma declarara en su último interrogatorio: “sigo a disposición de la Fiscalía cuando ésta lo requiera”, las autoridades no actuaron a tiempo en su caso.

Incluso en apartes de su declaración reveladas por El Espectador en su edición dominical, ante preguntas documentadas sobre su participación en las interceptaciones puestas a conocimiento de la opinión pública por los medios de comunicación dijo “no sé si los medios de comunicación tuvieron una intención diferente a la de informar”, sugiriendo con ello que los periodistas habían fabricado las pruebas para inculparla.

Hurtado en otro aparte afirma que nunca dio órdenes para que se investigaran los bienes del ex presidente de la Corte César Julio Valencia y de su abogado Ramiro Bejarano, a pesar de que existen correos internos que la ex directora cruzó con subalternos como Martha Leal o Fernando Tabares en los que se evidencia que agentes del DAS desarrollaron labores encubiertas con el fin de rastrear los bienes patrimoniales que registraron Valencia Copete y Bejarano en distintas notarías de Bogotá.

Además, aunque dijo desconocer las infiltraciones a la Corte, afirmó tener conocimiento “de fuentes humanas al interior de la entidad, útiles para conseguir información permitiera mejorar la seguridad de los magistrados, conocer de posibles infiltraciones, proteger su vida o conocer sobre actos de corrupción”.

Además sostuvo que el ex presidente Uribe designó al ex secretario general Bernardo Moreno “como un interlocutor de sus lineamientos en todos los casos”; que fue él quien le solicitó verificar una posible infiltración del narcotráfico a la Corte, en relación con el polémico empresario Ascencio Reyes, un sujeto que tuvo vínculos con el extraditable Chepe Ortiz.

Además, cuando se le interrogó qué otros funcionarios supieron de estas pesquisas, dijo que el Presidente de la República, el Ministro de Defensa, uno de sus viceministros y toda la cúpula de las Fuerzas Armadas, así como el director de la UIAF, estaban enterados.