Diez de los 21 obreros muertos por la explosión en un mina del noreste de Colombia fueron enterrados el viernes en una emotiva ceremonia, en la que sus familiares pidieron al gobierno que evite más tragedias en este poblado que subsiste de la minería principalmente.
«Ante los cadáveres de estos diez humildes mineros clamamos a nuestro gobierno a que mire las condiciones en las que laboran nuestros habitantes. Que garanticen que los demás puedan trabajar en óptimas condiciones de seguridad para que no sigan muriendo», dijo desde el púlpito el sacerdote Eric Peñaranda.
Miles de habitantes de este poblado caluroso rodeado por montañas y ríos cristalinos, se volcaron a las calles o entraron a la Iglesia para despedir a 10 de los 21 mineros fallecidos.
En sus casas, izaron banderas de Colombia a media asta. La alcaldesa de Sardinata, Yamile Rangel, se refirió a la tragedia como «un crimen» y prometió a los familiares que no «quedará impune» en medio de los cuestionamientos a la seguridad del yacimiento, donde murieron 32 trabajadores en 2007.
Los diez cuerpos de los jóvenes mineros fueron enterrados en el cementerio local, en medio de desgarradoras escenas de dolor y desmayos.
«Hay que cerrar esa mina, no es La Preciosa, es la ‘Mina de la muerte'», gritó Sara Velosa, antes de desmayarse ante el féretro de su esposo, Nelson Velosa que murió en la explosión junto con su hermano.
«Primo, nunca te olvidaremos», rezaba también un cartel preparado por los familiares de otra víctima, Alexander Ortiz.
El jueves, los socorristas rescataron los últimos cuatro cuerpos del grupo de 21 mineros muertos en una explosión en la madrugada del miércoles en la mina, que fue cerrada por orden del ministro de Minas, Carlos Rodado, hasta tanto concluya una investigación sobre las causas de la tragedia.
La Fiscalía anunció el viernes que iniciará un proceso contra los propietarios de la mina ‘La Preciosa Ltda.’ por presuntas fallas en los controles de seguridad.
Desde Washington la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, extendió su pésame al vicepresidente colombiano, Angelino Garzón, por el accidente.
«Quiero que el pueblo colombiano sepa que los estadounidenses rezan y piensan en ellos, no solamente por la tragedia minera, sino también por las terribles inundaciones», dijo Clinton en una rueda de prensa, tras su encuentro con Garzón.
El presidente Juan Manuel Santos, quien debido a la explosión anticipó su viaje desde Davos (Suiza) donde participó en el Foro Económico Mundial, se reunió con los familiares y les prometió que el «el gobierno no los va dejar solos».
Santos, que no anunció ninguna medida especial para garantizar la seguridad en el sector minero, dijo que en su gobierno «hay un gran interés en incrementar el número de minas y fortalecer la exploración minera», pero «se debe hacer bien y segura».
La Preciosa, distante 73 km al norte de Cúcuta, capital de Norte de Santander (600 km al noreste de Bogotá), contaba con unos 110 empleados antes de la tragedia. Los 80 que sobrevivieron quedarán ahora sin trabajo por el cierre de la mina.
Colombia es el quinto exportador mundial de carbón, después de Indonesia, Australia, Rusia y Sudáfrica. Su producción alcanzó 75 millones de toneladas en 2010 según cifras preliminares de Ingeominas.
En 2010, según datos del Instituto Nacional de Geología y Minas (Ingeominas), se produjeron en el país 84 accidentes mineros, que causaron la muerte de 173 trabajadores. AFP