Luego de una espera de 84 años, Uruguay volverá a disputar el torneo de fútbol de los Juegos Olímpicos al alcanzar el miércoles su clasificación para Londres-2012, tras adueñarse de uno de los dos boletos que concede el Sudamericano Sub-20 que se juega en Arequipa, Perú.

Ese día, en el Estadio de la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA), la celeste -campeona olímpica en 1924 y 1928- doblegó por la mínima a Argentina con gol del volante Matías Vecino, contra los pronósticos se embolsó el primer ticket a Londres, y quedó de cara a una definición con Brasil.

Desde la última presentación de Uruguay en los Juegos (Amsterdam-1928) y hasta el histórico partido de Arequipa pasaron más de ocho décadas, período en el cual el equipo celeste consiguió dos mundiales, 1930 y 1950, pero deambuló entre fracaso y fracaso en sus intentos por integrar la élite olímpica.

En medio de sistemáticas eliminaciones los «charrúas» alcanzaron la clasificación en Recife, en 1976, como escolta del anfitrión Brasil, pero a la postre no asistieron a los Juegos de Montreal del mismo año, dado que el reglamento olímpico prohibía la inclusión de futbolistas profesionales.

Para la joven selección celeste, la clasificación de Londres tuvo sabor a revancha porque esa generación había caído reiteradamente ante Argentina en las categorías Sub-15 y Sub-17 y el estigma de la derrota ya planeaba sobre sus jugadores.

Por otro lado no hizo más que echar leña a la hoguera de entusiasmo que encendió el combinado mayor, de gran actuación en el Mundial de Sudáfrica-2010 donde alcanzó el cuarto puesto.

La prensa local destacó el jueves ampliamente la hazaña de los juveniles al tiempo que comenzó a especular con los nombres de los jugadores que disputarán el torneo olímpico.

Las reglas actuales de FIFA admiten en los planteles futbolistas de hasta 23 años y la posibilidad de incluir tres elementos que superen esa edad.

Sobre esa base varios especialistas hicieron referencia a la selección Sub-20 que disputó el Sudamericano de Venezuela-2009 -tercera en el hexagonal final ganado por Brasil- y ese mismo año el Mundial de Egipto donde cayó 3-1 en octavos ante el once auriverde.

En ese grupo evolucionaban jugadores como el volante Nicolás Lodeiro (Ayax, Holanda), el zaguero Matías Aguirregaray (Terrazas, tercera división de España), el también volante Mauricio Pereyra, quien dentro de seis meses vestirá la casaca del Parma italiano, o el atacante Abel Hernández (Palermo, Italia).

Y para ocupar las plazas de los mayores de 23 años los uruguayos sueñan con Luis Suárez (Liverpool, Inglaterra), Edinson Cavani (Napolés, Italia) y Diego Forlán (Atlético de Madrid), mejor jugador de Sudáfrica-2010, entre otros.

Resulta tan largo el interregno entre la última medalla de oro olímpica de Uruguay y el presente que ni siquiera los abuelos de estos jugadores tuvieron referencia directa de las gestas.

En antiquísimos registros fílmicos o en fotos en tono sepia permanece intacto en el Museo del Fútbol de Montevideo el recuerdo de Amsterdam y Colombes donde brillaron jugadores de la talla de José Nasazzi, el ‘Mariscal’, Pedro Cea, el ‘empatador olímpico’, o Héctor Scarone, considerado en su tiempo el mejor futbolista del mundo.

Esa generación tan especial hizo suyo también el primer Mundial, disputado en Uruguay en 1930 y ganó varias veces la Copa América, entonces Campeonato Sudamericano.

Paradojas del destino aquellos futbolistas dieron su adiós definitivo de las canchas en 1935 en el Sudamericano de San Beatriz, en Lima, Perú, país donde los jóvenes celeste de hoy reencontraron el camino olímpico.

Y mientras eso ocurre con Uruguay, Colombia pasó al último lugar del cuadrangular final tras perder con Chile 3-1; y lograr un solo punto en cuatro partidos disputados: Una vergüenza para el organizador del próximo mundial.

Con información de AFP