La cifra de muertos en cuatro días de violencia en la ciudad libia de Benghazi superó los 100, dijo el domingo Human Rights Watch, mientras testigos afirmaron que las fuerzas de seguridad estaban disparando contra decenas de manifestantes opositores al Gobierno.
Los disturbios, los peores en cuatro décadas de mandato de Muammar Gaddafi, comenzaron como una serie de protestas inspiradas en las revueltas de Egipto y Túnez, pero fueron abordadas con una feroz represión por parte de agentes de seguridad.
Testigos en la ciudad oriental de Benghazi dijeron que las fuerzas de seguridad se habían retirado a un complejo fortificado en el centro de la ciudad, desde donde estaban disparando a la gente que regresaba tras los funerales de manifestantes muertos en los días anteriores.
“Decenas han muerto (…) Estamos en medio de una masacre”, dijo un testigo a Reuters. El hombre dijo que había ayudado a las víctimas a llegar hasta un hospital de Benghazi.
El grupo con sede en Nueva York Human Rights Watch dijo que elevó su cifra de muertos a 104, desde la anterior de 84, después de que al menos 20 personas perecieron en Benghazi el sábado.
Sostuvo que el número de muertos, compilado con entrevistas a testigos y funcionarios de hospitales, era “conservador”.
El Gobierno libio no ha dado a conocer ninguna cifra de víctimas ni ha hecho comentario oficial alguno sobre los actos de violencia.
Un médico de un hospital en Benghazi afirmó que las víctimas tenían heridas graves hechas con rifles de alta velocidad.
Pedido a musulmanes
La sangrienta represión llevó a unos 50 líderes religiosos musulmanes libios a realizar un llamado, enviado a Reuters, para que las fuerzas de seguridad, como musulmanes, detengan la matanza.
“Este es un llamado urgente de eruditos religiosos (alfaquíes y jeques sufíes), intelectuales, y líderes tribales de Tripoli, Bani Walid, Zintan, Jadu, Msalata, Misrata, Zawiah y otras ciudades y pueblos en la zona occidental”, dice la solicitud.
“Nosotros llamamos a cada musulmán, dentro del régimen o que lo ayude en cualquier forma, a reconocer que la matanza de seres humanos inocentes está prohibida por nuestro Creador y su amado profeta de compasión (la paz esté con él) … NO maten a sus hermanos y hermanas, ¡DETENGAN la masacre AHORA!”, agregó.
Algunos analistas han dicho que es posible que haya negociaciones entre Gaddafi y algunos líderes tribales del oriente del país, y que un mensaje de texto enviado tarde el sábado a suscriptores de teléfonos móviles libios sugerían un enfoque más conciliatorio.
“Todos los ciudadanos y jóvenes de Benghazi, aquellos que murieron entre civiles y policías son todos hijos de nuestro país. Ya es suficiente, detengan el derramamiento de sangre”.
En Trípoli, cientos de partidarios de Gaddafi se reunieron en la Plaza Verde de la ciudad hasta primeras horas del domingo, dijo un reportero de Reuters.
Muchos cantaban “Dios, Libia y Muammar” y “Muammar es un pionero del nacionalismo árabe”.
La agencia estatal de noticias libia dijo que algunas ciudades había sido escenario de actos de vandalismo y que era el trabajo de una “red extranjera entrenada en crear enfrentamientos y casos para desestabilizar Libia”.