La degradación de la nota crediticia a Francia causó un gran revuelo, cuando faltan apenas 14 semanas para la celebración de la primera vuelta de las elecciones presidenciales.

Este viernes la agencia Standard & Poors (S&P) rebajó la Triple A de que disfrutaba Francia y otros 6 paises a una Doble A Positiva.

De inmediato, François Baroin, el ministro de Economía y Finanzas, aseguró que no es una buena noticia pero que tampoco es una catástrofe y dijo que las agencias de calificación no dirigirán el rumbo del país, en concordancia con lo aseverado por Nicolás Sarkozy.

De inmediato, las críticas de los opositores no se han hecho esperar. François Hollande, candidato a la presidencia por el Partido Socialista, culpó del desastre a la política económica dirigida por Sarkozy durante los últimos cinco años.

Por su parte, Pierre Ivorra, especialista en cuestiones económicas, recordó que las medidas de ajuste impuestas por las autoridades hicieron crecer el desempleo y disminuyeron el consumo, encaminando al país a la recesión.

Los daños causados por la crisis global de 2008 y la falta de compromiso del sistema bancario para financiar la creciente deuda pública y otorgar créditos a familias y pequeños negocios, terminaron de crear las condiciones para la degradación, dijo Ivorra.

Respecto a las consecuencias inmediatas, el economista Norbert Gaillard prevé un efecto dominó sobre los gobiernos locales y las empresas francesas que cotizan en los mercados financieros, cuyas deudas se encarecerán y sus acciones perderán valor.