La Fiscal General de la Nación Vivian Morales aseguró hoy a través de Radio Santa Fe que con una estrategia más eficaz que las armas de fuego la quieren asesinar: «me quieren asesinar moralmente», precisó.
La funcionaria sostuvo que el “sicariato moral” se está convirtiendo en un arma más eficaz en Colombia que los sicarios que asesinan a tiros y se declaró víctima de esta nueva modalidad delictiva.
La fiscal dijo abiertamente que no teme tanto por un atentado a balazos, sino porque la “asesinen moralmente”, que es el medio más sofisticado, más eficiente y menos claro frente la opinión pública para sacarla del camino.
En su diálogo con el Noticiero Santa Fe, Vivian Morales destacó que son muy grandes y poderosos los enemigos que tiene que enfrentar en el cargo –todos son delincuentes, dijo–, porque la consideran una persona incómoda para sus intereses.
Explicó que el “sicariato moral” que estas gentes o sectores le quieren aplicar, consiste en debilitar y deslegitimar todas sus actuaciones y las de la propia fiscalía y por esto “disparan” de manera solapada, a través del señalamiento, las calumnias, los chismes y consejas.
No hizo especificaciones al respecto, pero quedó tácitamente una referencia a los ataques que ha recibido por su relación con el exguerrillero Carlos Alonso Lucio.
Sin embargo, Vivian Morales dijo que tiene muy claro su compromiso con el país y garantizó que los sicarios morales no obtendrán lo que persiguen.
No descartó que detrás de esta nueva modalidad y sofisticada estrategia para “asesinarla” estén corruptos, parapolíticos y farcpolíticos, aunque aclaró que la fiscalía no tiene a su cargo las investigaciones de congresistas o ex congresistas, sino de funcionarios no aforados, como alcaldes, concejales y diputados.
Al respecto, reveló que en 2 o 3 semanas serán llamados a indagatoria a 110 de estas personas comprometidas con los grupos paramilitares por firmar entre los años 2000 y 2002 los llamados “pactos” de Pivijay y Chibolo, en la Costa Atlántica.
A propósito del tema, la fiscal advirtió que el problema de la corrupción en Colombia es más grave que el narcotráfico y el terrorismo y admitió que incluso el organismo bajo su dirección está infiltrado por la corrupción.
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