Las comunidades afro e indígenas del bajo atrato, han prendido las alarmas a causa de las inundaciones del Río Atrato, constantes desde 2009 y que han cobrado la vida de 22 niños en el ultimo año.
Además señalan que casi a diario mueren niños por enfermedades prevenibles y curables como fiebre, motivo y diarrea, además en mortalidad materna se registra un promedio de 8% de muertes por parto anual.
Así lo denunciaron unos 40 miembros y representantes de comunidades del Bajo Atrato, quienes se declararon en huelga permanente en la ciudad de Bogotá hasta tanto el gobierno no atienda sus justas reclamaciones que tras largos años de abandono les ha costado muchas muertes y penurias. Mayoría de las familias afectadas por la inundación han sido desplazadas y hoy se ven doblemente afectadas por la inundación y por otros factores como la muerte de sus hijos por desnutrición, el desempleo y las hipotecas bancarias que como dijo una madre afro cabeza de familia, “las deudas con los bancos han estrangulado mis sueños”.
En este sentido las comunidades piden al gobierno que garantice la atención y la prestación de servicios en salud, dragado Permanente de las bocas del Atrato y el derecho a la comunicación ya que las emisoras comunitarias de algunos municipios como Riosucio han sido cerradas…
De no haber una respuesta institucional concreta por parte del gobierno, Bogotá y Quibdó podrán ser testigos de la mayor movilización de comunidades del Bajo Atrato comprendido, entre otros, por los municipios de Bojayá, (Chocó) Vigía del Fuerte, Murindó, Unguia, Carmen del Darien, Riosucio, Acandí, y Turbo, Consejos Comunitarios de la Larga y Tumaradó, Salaquí, Truandó, Cacarica, Jagual, Jiguamandó, Curvaradó, Quiparadó, Comunidad de Pichindé, Peñas Blancas, cuyas acciones de exigibilidad han sido respaldadas por las Juntas de Acción Comunal, la ONIC, Organizaciones Sociales, CAMIZBA, la Iglesia a través de Pastoral Social y Parroquias como Nuestra Señora del Carmen de Riosucio.