Hay temor entre los campesinos que la semana pasada tuvieron que dejar su tierra por la difícil situación de orden público en el Chocó, pues afirman que si regresan pueden ser víctimas de las minas antipersona.
Así lo señaló Imer Perea Palma, secretario general del Consejo Comunitario Mayor de la Asociación Campesina Integral del Atrato (Cocomacia), quien pidió garantías para el retorno de los labriegos.
En total, son unas 270 personas que conforman unas 150 familias que habitaban en la zona de Boca de Luisa y Vegaez, quienes salieron huyendo de los bombardeos de la Fuerza Aérea contra los campamentos de las Farc.
«Al parecer, los bombardeos averiaron cuatro casas en Boca de Luisa y dejaron algunos explosivos que no estallaron, por lo que no hay garantías para que ellos puedan regresar a sus fincas», insistió Perea.
En las últimas horas, miembros del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) viajaron a la zona para verificar las denuncias de los campesinos.