El gobierno distrital anunció que pondrá en marcha un ambicioso proyecto de renovación urbana, que incluye la construcción de Vivienda de Interés Prioritario en el área que se extiende desde las calles 100 y 80 hasta la Av. Primero de Mayo y Av. Caracas; y desde el área de la reserva de la ALO y Av. Boyacá, hasta el límite del perímetro urbano hacia el oriente.
De acuerdo con la Administración, en esta área de 11.500 hectáreas quedarán ubicadas parte de las 70 mil viviendas de interés prioritario que serán construidas por el Distrito durante este cuatrienio.
La Secretaria de Hábitat designada, María Mercedes Maldonado explicó que “Este sector, donde actualmente viven 2 millones de personas, es estratégico por su cercanía y accesibilidad a zonas de empleo y por la oferta de servicios sociales, educativos, culturales y financieros ubicados en el primer anillo alrededor del centro urbano”.
El proyecto, denominado Revitalización del Centro Ampliado, busca que la ciudad en lugar de crecer hacia la periferia, crezca verticalmente en el centro de la ciudad; y que adicionalmente, la zona se convierta en un espacio incluyente, donde puedan convivir personas de distintos estratos.
Para ello, el gobierno distrital prevé ejecutar actuaciones integrales de infraestructura, equipamientos y áreas verdes, previstas en el Plan de Desarrollo, y paralelamente, busca fomentar actividades económicas y desarrollar campañas para favorecer la convivencia.
El Centro Ampliado, además, tiene potencial para la reconversión de usos, la densificación responsable con el hábitat urbano, la generación de nuevo espacio público y la oferta de suelos habilitados para la vivienda social, entre otros.
En el centro ampliado, la Administración Distrital tiene identificadas 1.665 hectáreas con potencial de densificación inmediato en uso residencial. En toda Bogotá hay 596 hectáreas de lotes públicos y privados y 4 millones de metros cuadrados en edificios, lotes y bodegas, subutilizados o desocupados que podrían servir para la construcción de vivienda.
El desafío es convencer a los propietarios para que accedan a participar en el proceso. “Una de las opciones será que reciban como parte de pago un local comercial o algunos de los apartamentos que se construyan en la zona”, puntualizó Maldonado.
