Bogotá

Puños, patadas, golpes, heridos y asesinatos por evitar colados en TransMilenio

El asesinato del joven Leonardo Dinche, un funcionario del operador Recaudo Bogotá de 21 años, lo deja a uno estupefacto. Sin palabras y totalmente en shock. Encontró la muerte por cumplir con su deber de llamar la atención de un colado en la estación Avenida Jiménez de TransMilenio el domingo en la mañana.

El reconvenido le respondió con una puñalada en el pecho, que le quitó la vida. Lo grave es que no es el único caso. Durante el 2016, se presentaron 210 agresiones a servidores del sistema por solicitar el pago del pasaje a los desadaptados que no pagan el pasaje.

Me solidarizo con la familia Dinche y envío mis más sentidas condolencias por este acto deshumanizado. La Policía capturó al asesino y espero que sea castigado con todo el rigor de la ley. Es un personaje que no merece consideración ni rebajas a la hora de imponerle la pena.

Este hecho tan lamentable nos debe llevar a reflexionar sobre el grave problema que representan los colados. Mi unidad de apoyo hizo el rastreamiento de las cifras y solo se encontró que existen los estimativos de la Policía que sostiene que son 200.000 los colados diarios en TransMilenio. Eso representa pérdidas por 400 millones de pesos al día.

A partir de este 30 de enero la Policía contará con una nueva herramienta para enfrentar a los colados. Espero que se aplique con rigor y que tenga efecto positivo para reducir esta conducta tan dañina para los ingresos de la ciudad y la seguridad en estaciones, buses y portales.

El nuevo Código de Policía (numeral 7 del artículo 146) obliga a imponer una multa de 8 salarios mínimos diarios (a precios del 2017 son 196.724 pesos) por colarse, es decir, por “evadir el pago de la tarifa, validación, tiquete o medios que utilicen los usuarios para la prestación del servicio esencial de transporte de pasajeros en cualquiera de sus modalidades”.

Desde el año pasado la administración reforzó el pié de fuerza en TransMilenio. Hay policías de civil y uniformados, pero es imposible cubrir todas las estaciones y portales, de ahí que se ataquen los casos más críticos y se haga rotación para lograr un mejor cubrimiento.

Pero a pesar de estas medidas el fenómeno no ha sido fácil de enfrentar. Diariamente TransMilenio mueve 2’500.000 pasajeros, y es imposible controlar a los colados en medio de esta movilización de gente, sobre todo en las horas pico.

Los colados reaccionan de manera agresiva contra los policías, los funcionarios de los operadores o los ciudadanos que les llaman la atención por colarse en el sistema sin pagar, a través de las puertas de las estaciones mientras los buses descargan pasajeros o saltando descaradamente los torniquetes delante de todo el mundo.

El miedo a protestar por esta conducta se ha tomado el sistema, ya ni los auxiliares de policía o funcionarios se atreven a tomar medidas correctivas porque están indefensos frente a los colados que reaccionan con piedra, palos, puños, patadas, cabezazos y hasta puñaladas como ocurrió el domingo.

Es increíble, pero en una estación como la de Molinos en el sur de Bogotá, o el portal Américas en el suroccidente, en 15 minutos se pueden colar 200 personas, según los trabajos de observación que ha hecho la Policía.

Y el problema no tiene edad. En la calle 63, uno de los puntos críticos, aunque no solo allí porque el fenómeno es de todas las estaciones, se ve a diario que se cuelan por igual estudiantes, jóvenes universitarios y personas de la tercera edad. Hemos visto hombres de saco corbata y mujeres embarazadas colándose sin el menor asomo de vergüenza.

Es indudable que no estamos solo frente a un problema de policía sino a una grave situación de incultura ciudadana y de salud mental que amerita una intervención de choque y urgente.

Lucía Bastidas
Concejal

Periodista Digital Editor de contenidos: www.radiosantafe.com