Un juez de conocimiento ordenó, en segunda instancia, la captura del pastor Álvaro Javier Gámez Torres, acusado de haber abusado sexualmente de algunos de sus fieles en la iglesia Salem, en Pasto.
El pasado 9 de julio, el pastor Gámez fue dejado en libertad porque no se comprobó el delito que se le imputaba. Así lo aseguró a través de Radio Santa Fe su defensor, el abogado Abelardo de la Espriella, quien señalo que simplemente la juez de control de garantías, en una decisión seria y apegada a la ley, lo dejó en libertad porque en el video que se presentó como prueba, se advierte que se trató de relaciones sexuales consentidas.
Además advirtió que las protagonistas no son menores de edad y que el seducido resultó ser el pastor.
De la Espriella, quien dijo que aceptó defender al religioso pese a ser ateo, señalo que a Gámez se le pueden hacer reproches de tipo ético y moral, pero no imputaciones de carácter penal, ya que en su actuación no se configuro ningún delito.
Precisó que los videos que muestran a su defendido sosteniendo relaciones sexuales en la iglesia no representan una prueba de abuso, puesto que las mujeres que aparecen en las imágenes no son menores de edad, sino mayores de edad, que no estaban en incapacidad de resistir, “sino totalmente capaces de discernir y en libertad de tomar las decisiones que consideren más convenientes”.
Añadió que a nadie se le puede enjuiciar por “enamoramiento” con sus feligreses, porque sería lo mismo que condenar a muchos jefes que se enamoran de sus subalternas”.
“Más de 20 magistrados de los altos tribunales se han casado con sus alumnas”, dijo a manera de ejemplo.
De la Espriella aseguró que las acusaciones contra Álvaro Gámez corresponden a un montaje de un abogado que pretende “tumbar” al pastor de su iglesia en Pasto.
El presidente de la Red de Apoyo de las Víctimas de Sectas, Héctor Navarro, fue el denunciante y para demostrar los abusos, hizo instalar cámaras para grabar las actuaciones del Pastor Gámez.
Navarro dijo que mientras en el salón principal de la iglesia los fieles elevan cánticos de alabanza a Dios, dentro de su oficina el pastor Álvaro Gámez Torres sostenía relaciones sexuales con jóvenes de su comunidad, a quienes les había inculcado la idea que entregándoles su cuerpo iban a mejorar su espiritualidad y quedarían muy bien ante los ojos de Dios.
Navarro sostuvo que, en efecto, las víctimas se entregaban a él, convencidas plenamente de que al sostener relaciones sexuales recibirían bendiciones “y tendrían la oportunidad de hablar con el mismo Dios.”
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