A la medianoche de hoy jueves, Hugo Chávez y Henrique Capriles darán por finalizadas sus campañas políticas de cara a las elecciones presidenciales del próximo domingo 7 de octubre.
En la que es considerada la elección presidencial más reñida de las tres últimas décadas en Venezuela, la región se mantiene en vilo para saber si el país petrolero, acepta radicalizar el socialismo de Hugo Chávez o apuesta por el giro al centro que propone su rival Henrique Capriles.
Cualquiera de las dos opciones supondrá cambios políticos de gran calado en la nación con mayores reservas mundiales de crudo, donde la disparidad de escenarios que arroja los sondeos alimenta la tensión en la calle si hay un final cerrado.
La mayoría de los estudios -realizados durante septiembre- dan ventaja al líder socialista, pero dos reconocidas empresas apuntan a un empate técnico, alimentando la esperanza de Capriles de poner fin a 14 años de gobierno de Chávez.
La autoridad electoral ha dicho que sólo publicará los resultados cuando la tendencia sea definitiva, lo que podría abrir un tenso compás de espera en el que comandos estarán manejando sus propios datos de encuestas a boca de urna y conteos rápidos.
Tanto Chávez como Capriles han asegurado que aceptarán el resultado, pero el ambiente es de sospecha mutua.
Desde las primeras horas de la mañana del jueves, los alrededores de la avenida Bolívar en Caracas, quedaron paralizadas por el cierre de calles y automóviles atrapados por la gran multitud que llegó a la espera del discurso final de campaña del presidente Hugo Chávez.
Según reportaron medios de comunicación venezolanos no todos eran simpatizantes de Chávez sino también trabajadores públicos que habían sido prácticamente obligados a asistir al mitin. Se informó que los organismos del gobierno habían dado el día libre para promover que los empleados participen en la marcha y que para asegurar su asistencia pasarían lista en el lugar.
El jefe de campaña del Comando Venezuela en el estado Vargas expresó a un medio local que habían recibido una serie de denuncias de que por medio de comunicados están “mandando a marchar con carácter de obligatoriedad, sin importar su ideología”.
También indicó que representantes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) estaban distribuyendo las infaltables camisetas y gorras rojas, así como prendas de otras agrupaciones para dar la imagen de pluralidad durante la manifestación de cierre de campaña del presidente Chávez.
Santa Fe con agencias

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