Por Mauricio Botero Caicedo

Las Farc en La Habana, de manera reiterativa, insisten que se tiene que llevar a cabo una ‘Constituyente’ para firmar la paz. ¿Y a qué se debe dicha insistencia? Según afirma Iván Márquez, la cabeza de la delegación de los terroristas: “Se trata de fundar un verdadero Estado de Derecho”. Para el Secretariado del Grupo Terrorista, en un comunicado del pasado 7 de junio: “El mejor epílogo de esta guerra debe ser rubricado por cambios estructurales en lo político, económico, y social”.

¿Pero concretamente que es lo que pretenden las Frac con frases tan altisonantes y poco concretas como “fundar un nuevo Estado de Derecho” y “cambios estructurales en lo político, económico, y social”? En plata blanca lo que las Frac pretenden (por la puerta de atrás) es cambiar el modelo democrático de libre mercado que hoy, con todas sus virtudes y todos sus defectos opera en Colombia, por un modelo que incorpore el sueño de todo marxista – leninista, un Estado de ‘Partido Único’ en el que los medios de producción estarían – sino totalmente por lo menos en su inmensa mayoría – en manos del Estado. Y obviamente el control político y policivo de este Estado estaría en manos de los militantes de la extrema izquierda. Un ‘Estado Totalitario’ en dónde la verdadera democracia – si por democracia entendemos la inviolabilidad de las libertades individuales y de la propiedad, ambas enfrentadas a un ‘Estado Voraz y Todopoderoso’, no tenga ningún espacio es en esencia la meta de las Frac. No podemos olvidar que los comunistas son expertos en disfrazar sus verdaderos objetivos bajo palabras inocentes. No en vano el Estado más represivo de toda la ‘Europa del Este’ era Alemania Oriental, a la que los comunistas – con sin igual cinismo – denominaban “República Democrática Alemana”. El que crea que el propósito de las Farc cuando afirman que debe haber más ‘Democracia’ es que Colombia se parezca más a Inglaterra que a Cuba o Venezuela, es un bobo, o un imbécil. En el modelo ‘chavista socialista’ que las Farc buscan implementar, las libertades individuales, principalmente la libertad de expresión y de desplazamiento, estarían seriamente comprometidas.

El gobierno de Santos ha logrado un apoyo plural a las ‘Conversaciones de Paz’ en base a su promesa, explicita e implícita, que el ‘Modelo’ (es decir la democracia de libre mercado) no está en discusión en La Habana. La guerrilla, por el contrario, afirma que el ‘Modelo’ sí tiene que estar en discusión. No se trata de una tema de menor importancia sino el tema crucial de las ‘Conversaciones de Paz’: ¿Se van a integrar el puñado de terroristas, cuyo número no lega a los 10.000, a la sociedad (obviamente con garantías de sus vidas) o tenemos los colombianos que aceptar – en aras de la paz – que este puñado de guerrilleros nos terminen imponiendo el ‘Estado Social Chavista’ al que aspiran?

Según la revista SEMANA del domingo pasado, el Gobierno con el inteligente Humberto de la Calle a la cabeza ha manifestado que se opone rotundamente a las pretensiones del las Farc de convocar una ‘Constituyente’. Es buena hora que en esta ocasión el Gobierno haga gala de una férrea voluntad, haciéndoles entender a las Farc de una vez por todas: “EL MODELO NO ESTÁ EN DISCUSIÓN, PUNTO”. Si las Farc no lo entienden, que digan exactamente que es la parte que NO entienden.

Adicionalmente las Farc afirman que no habrá rendición, ni sometimiento, ni tampoco entrega de armas como culminación del proceso de paz que se adelanta con el gobierno en Cuba.

Entonces si las Farc no aceptan que el ‘Modelo’ no se negocia, y tampoco aceptan le entrega de las armas, no hay alternativa diferente que la de levantarse de la mesa.

¡Que baje el telón, la ‘Farsa’ ha terminado’!