
Aunque la línea de emergencia de Bogotá, 123, debería estar trabajando con siete subsistemas, sólo dos están en funcionamiento, además presenta un atraso tecnológico de casi una década, lo que la convierte en un 2call-center» que no da abasto con las necesidades de una urbe que ya ronda los ocho millones de habitantes.
Según lo reveló este miércoles la Contraloría Distrital, la Línea 123, aparte de no estar operando con los siete subsistemas con la que fue diseñada, tampoco puede rastrear las llamadas de emergencia, lo que permitiría saber en tiempo real la ubicación del usuario.
De acuerdo con contralor de Bogotá, Diego Ardila, la 123 parece más un PBX, y advirtió que «no está preparada tecnológicamente para afrontar una catástrofe».
Ardila señaló que es inaceptable que la línea de emergencias de la capital del país tenga tantas deficiencias, y recordó que su mantenimiento cuesta al distrito 1.500 millones de pesos mensuales.

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