Piedad Córdoba pide a Farc, Eln y al gobierno cese del fuego hasta después de elecciones
El movimiento de Colombianos y Colombianas por la paz que lidera Piedad Córdoba insistió en pedir a las guerrillas de las Far y ahora también al Eln, un cese en sus acciones armadas desde el mes de diciembre de 2013 hasta la terminación de la última jornada electoral en mayo de 2014. Al mismo tiempo le solicitó al gobierno nacional «estudiar un eventual cese de actuaciones ofensivas, sin que se despeje ninguna área del territorio nacional, ejerciendo su papel constitucional preventivo y en estricto cumplimiento del derecho internacional humanitario».
Los pronunciamientos los hizo en una carta al presidente de la república, Juan Manuel Santos, en la cual la organización política se declara en contra de terminar el proceso de conversaciones, por considerar que «no es aceptable éticamente» y señalar que «continuar la guerra nos llevará a un laberinto sin salida, de degradación, aún peor de la que hemos experimentando en estos 50 años de confrontación.
«Consideramos que la opción sigue siendo proteger las conversaciones con las FARC y con el ELN para que estas culminen con la firma de un Acuerdo de terminación del conflicto armado base para seguir construyendo las transformaciones de una sociedad en paz», precisa la misiva, cuyo texto integral es el siguiente:
Señor Presidente
Juan Manuel Santos
Presidente de la República de Colombia.
Ref: Insumos para un Pacto Social y Político por la Paz.
Reciba un respetuoso saludo.
Señor Presidente:
Estamos ante una verdadera oportunidad histórica de lograr la solución política del conflicto armado, con la imaginación y participación de amplios sectores.
Tomar la decisión de terminar un proceso de conversaciones no es aceptable éticamente. Continuar la guerra nos llevará a un laberinto sin salida, de degradación, aún peor de la que hemos experimentando en estos 50 años de confrontación.
Tanto usted señor Presidente Santos, como las Farc y el Eln, los partidos políticos, las iglesias y la sociedad a través de sus múltiples expresiones, tenemos la capacidad para asegurar en nuestro presente y para futuras generaciones que la guerra no es la salida a las diferencias y contradicciones.
Las armas no son la solución a los graves problemas políticos, económicos, socio-ambientales, el diálogo para concertar un Pacto Social, creemos que sí.
Podemos suponer los temores que a todos los que tienen responsabilidades institucionales frente a las conversaciones que ya existen en La Habana y a las que se deseamos se inicien con el ELN y comprendemos las presiones y tensiones en que se encuentran las conversaciones en un período preelectoral.
En medio de estas condiciones creemos que es posible asegurar un proceso exitoso hacia la paz para los colombianos, independientemente del proceso electoral.
Consideramos que la opción sigue siendo proteger las conversaciones con las FARC y con el ELN para que estas culminen con la firma de un Acuerdo de terminación del conflicto armado base para seguir construyendo las transformaciones de una sociedad en paz
Las organizaciones insurgentes han manifestado su voluntad de seguir o de iniciar conversaciones, sosteniendo que permanecerán en la mesa hasta el final. Terminar con lo transitado no puede ser la opción.
Sobre los principios constitucionales de que la paz es un derecho y un deber de todos los colombianos y que éticamente la guerra es y sigue siendo repudiable, proponemos a Usted, Sr. Presidente, a la insurgencia y a la sociedad colombiana dos conjuntos de propuestas en el marco de un Pacto por la Paz,
1. A las guerrillas de las FARC y el ELN un cese de actuaciones ofensivas desde el mes de diciembre de 2013 hasta la terminación de la última jornada electoral en mayo de 2014. Independientemente del cese de actuaciones ofensivas desde ya, la aplicación irrestricta del derecho humanitario.
El cese unilateral en ningún caso significa que no se defiendan de ataques armados contra sus integrantes, si los hubiera.
2. Al gobierno del presidente Santos estudiar un eventual cese de actuaciones ofensivas, sin que se despeje ninguna área del territorio nacional, ejerciendo su papel constitucional preventivo y en estricto cumplimiento del derecho internacional humanitario.
3. Si hubiese un acuerdo de cese de actuaciones ofensivas de ambas partes, las guerrillas se comprometen durante estos meses a investigar sobre hechos y casos en los que se atribuye su responsabilidad.
Al final del período electoral de 2014, las guerrillas de las FARC y el ELN, presentarían informes públicos en particular sobre la identificación de lugares donde se hallan restos de integrantes de la fuerza pública muertos en combate y de civiles que murieron bajo su poder o, si lo estiman, de sus propios combatientes caídos en combate. Igualmente, las guerrillas avanzarían en la identificación y levantamiento de mapas de minas antipersona
Por su parte, invitaríamos al Gobierno a redoblar operaciones integrales contra los grupos paramilitares, a unificar la información institucional que existe sobre personas desaparecidas forzadas y del estado de su búsqueda, así como de identificación de los responsables.
Adicionalmente, a adoptar medidas de protección y salvaguarda conforme al derecho internacional, de las personas privadas de la libertad en razón de su pertenencia a las guerrillas de las FARC y del ELN.
Con independencia de quien haya sido elegido como Presidente en 2014, estas informaciones deberán ser asumidas como sustanciales para actuaciones en el marco de una eventual Comisión de la Verdad y también valoradas como la concreción de actuaciones humanitarias en medio de las conversaciones hacia la paz.
4. Mediador
Invitamos a las partes estudiar la posibilidad de acordar el nombramiento de un facilitador mediador que pueda buscar salidas a las crisis y pueda brindar información a la sociedad e instituciones que no llamen a equívocos, a tensiones o falsas interpretaciones.
5. Acuerdo Social y Político para la construcción de un Pacto por la Paz.
Como lo sugerimos desde hace año y medio, consideramos que el Presidente con base en su condición de Jefe de Estado puede convocar junto con organizaciones de la sociedad que hemos trabajado por la paz a un consenso nacional que debe materializar un gran Pacto por la Paz.
El Pacto deberá contar con la participación libre y voluntaria de iglesias, empresarios, gremios, organizaciones sociales, sindicales, campesinas, indígenas, afrodescendientes, de mujeres, de víctimas, de derechos humanos, partidos y agrupaciones políticas, sobre la base de unos principios: el respaldo a la solución del conflicto armado por la vía del diálogo y la negociación.
En particular, convocados por el Presidente y la sociedad, de manera libre, los candidatos a la presidencia y las -os candidatos congresistas, junto con las directivas de sus partidos y agrupaciones políticas, deberán suscribir un acuerdo para asumir compromisos de respeto a los acuerdos logrados entre el gobierno actual y ambas guerrillas.
El compromiso implica dar continuidad a los mecanismos y metodologías acordados de discusión entre las partes, su refrendación o modificación sobre procedimiento, no sobre el fondo. Otro aspecto seria, luego del periodo electoral al gobierno elegido continuar el diálogo sobre los puntos de la agenda no resueltos hasta junio de 2014 y al congreso desarrollar un agenda coherente con los acuerdos logrados para sus debates.
El Pacto por la Paz es un acuerdo que exige como premisa que se conozca antes de las elecciones, los acuerdos sustanciales a los que se ha llegado con las FARC, independientemente de que se hayan logrado acuerdos sobre todos los puntos de la agenda.
El Pacto por la Paz exige igualmente que se inicien conversaciones con el ELN, se conozca la agenda de temas de discusión y antes de las elecciones de marzo se conozcan los aspectos sustanciales acordados.
La firma y los contenidos del Pacto en los que los nuevos elegidos al congreso y eventualmente un nuevo mandatario /a contarán con veeduría de las organizaciones de paz y de la sociedad convocantes. Se podría estudiar observación de delegaciones internacionales de la ONU, de UNASUR y de la OEA, si se considerase fundamental.
Como Colombianas y Colombianos por la Paz no pretendemos más que proponer salidas a las adversidades.
Señor Presidente, cuente con nosotros para la solución al conflicto armado, no queremos más guerra, no queremos más víctimas, como usted también lo expresó recientemente en Nueva York en el seno de la Asamblea de Naciones Unidas.
Estas iniciativas son insumos para usted y para todos los que queremos la paz en el país, en medio de nuestras diferencias y contradicciones pues la democracia profunda es la paz.
¡Sí podemos lograr la terminación del conflicto armado y cimentar el camino de la democracia para el logro de la paz con justicia!
Colombianas y Colombianos por la Paz
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