Las autoridades franco-españolas confirmaron este lunes la captura de 21 personas dedicas a la venta de carne de caballo fraudulenta al sur de Francia, y en una parte del territorio español. La carne provenía de animales que eran usados para pruebas médicas y los cuales debían ser sacrificados y destruidos a causa del efecto de las pruebas científicas.
De acuerdo con la gendarmería francesa, las capturas se registraron en el sur del país galo a en una gran operación para desmantelar una red de tráfico de carne de caballo fraudulenta, con ramificaciones en algunas ciudades españolas.
La Fiscalía de Marsella que ningún análisis toxicológico ha probado de momento que la carne de caballo fraudulenta que se comercializaba como apropiada para la alimentación fuera perjudicial para la salud. El fiscal de esa localidad, Brice Robin, señaló en conferencia de prensa que el hecho de que no fuera considerada como apta para el consumo humano no implica que fuera “tóxica” para la salud.
Los detenidos son en su mayor parte negociantes de carne pero también empleados de centros farmacéuticos donde se desarrollan experimentos con medicamentos en los caballos, que luego pasaban de forma ilícita a la cadena alimentaria pese a que legalmente no se podían dedicar al consumo, han precisado las fuentes.
De acuerdo con los primeros elementos de la investigación, los animales debían ser sacrificados y destruidos, pero eran desviados de forma fraudulenta y sacrificados en mataderos del sur de Francia y de España, como uno de Girona cerca de la frontera francesa.
Los caballos comprados por grupos farmacéuticos procedían, entre otros, de centros ecuestres. La investigación, dirigida desde la Gendarmería de Montpellier, comenzó hace “varios meses” con el apoyo de la Oficina Central de Lucha contra los Atentados al Medio Ambiente y a la Salud Pública.
Santa Fe con agencias