Decenas de miles de personas han tomado las calles de Hong Kong en la última semana para exigir plena democracia en la excolonia británica, incluyendo un sistema de votación libre cuando escojan a su nuevo líder en 2017.
Leung rechazó el ultimátum de los manifestantes para que dimita. La policía ha advertido repetidamente de graves consecuencias si los manifestantes intentaban bloquear u ocupar edificios gubernamentales en y alrededor del distrito Central.
Las protestas se han reducido desde el domingo, cuando la policía usó gas de pimienta, gases lacrimógenos y cargas contra quienes participaban en las manifestaciones, que son las más grandes desde que la excolonia británica volvió a control chino en 1997.
China gobierna Hong Kong a través de la fórmula «un país, dos sistemas», que da a Hong Kong algo de autonomía y libertades que no se disfrutan en China.
El dirigente de Hong Kong Leung Chun-ying acordó abrir conversaciones con los manifestantes prodemocracia, pero rechazó marcharse. Tanto él como los defensores del poder chino dejaron claro que no recularían ante los peores disturbios en el país es décadas.
Y el secretario de Finanzas, John Tsang, advirtió de que las protestas continuadas en el centro financiero de la ciudad podrían dañar de forma «permanente» al centro financiero asiático.
El número de manifestantes se redujo en algunas de las concentraciones en un viernes lluvioso en el que la ciudadanía volvía a trabajar tras dos días de fiesta.
Pero surgieron altercados en el polvoriento y animado distrito de Mong Kok, considerado uno de los lugares más densamente poblados del planeta con sus bloques de apartamentos pegados y luces de neón, letreros, bares, restaurantes y mercados al aire libre.
La policía formó una cadena humana para separar a ambos grupos en medio del sonido de sirenas.
«Estamos hartos de que nuestras vidas se vean afectadas», dijo el profesor Victor Ma, de 42 años. «No toméis como rehenes a los ciudadanos de Hong Kong porque no va a funcionar. Por eso la gente está tan enfadada», añadió.
La ruptura del diálogo con el Gobierno por parte de los estudiantes de Hong Kong a causa de los ataques de grupos leales a Pekín contra los manifestantes deja en la incertidumbre la búsqueda de una solución negociada a las protestas prodemocráticas.
«Son el Gobierno y la Policía quienes rompen el diálogo», afirmó en un comunicado la Federación de Estudiantes, que denunció que las autoridades se desentendieron hoy de los actos violentos contra los manifestantes protagonizados por algunos grupos, por lo que «ahora deben atenerse a las consecuencias».