Economía

Consejos para ahorrar en las vacaciones de Semana Santa

por-fin-vacaciones

¡Vacaciones! Por fin llegó ese momento de descanso tan necesario, momento de relajarse, desconectarse, dedicarse al entretenimiento, a conocer nuevos lugares, a probar nuevas cosas y darse gusto. Las vacaciones son la mejor forma de descansar y divertirse, pero también son un imán para las deudas y los gastos elevados.

Tenga en cuenta estas recomendaciones que le servirán para evitar gastar mucho pero sin tener que privarse de pasar un gran momento:

• Planear los gastos. Incluso en los viajes espontáneos hay que medir muy bien con cuánto dinero se cuenta. Revisar los gastos fijos como hospedaje, alimentación y transporte, luego ver cuánto se puede gastar en entradas a eventos o lugares, compra de recuerdos y gastos inesperados como emergencias. Esta planeación debe ser estricta y se debe procurar nunca excederlo para evitar futuras deudas.

• Descansar no es endeudarse. Vacaciones no son sinónimo de ‘festival de la tarjeta de crédito’. Medir las compras y gastar con moderación aseguran que el descanso no se convierta en un dolor de cabeza por las deudas posteriores, el objetivo es descansar, no convertir estos días en posteriores dolores de cabeza.

• Comprar tiquetes y pasajes con tiempo. Ya sea en carro o en avión, comprar los tiquetes con antelación significa gran ahorro porque los precios suben entre más se acerque la fecha de viaje. Gracias a Internet ahora se pueden comprar los pasajes hasta con varios meses de anticipación y comparar entre varias empresas de transporte cuál ofrece la mejor tarifa y la mejor fecha.

• Volar entre semana. Los tiquetes de avión en sábado, domingo o festivos pueden llegar a ser 75% más costosos que un viaje entre semana. Los vuelos de noche también pueden ser más económicos.

• Que el hospedaje se acomode a lo que se necesita. Si el plan principal es conocer muchos lugares, pasear y estar fuera todo el día ¿para qué pagar un hotel con gimnasio, piscina y bar? Se puede ahorrar mucho pagando por un hotel sencillo en el que sólo se necesita guardar el equipaje, dormir un poco y tomar una ducha. Se debe elegir un hotel de acuerdo a lo que se necesita, en la mayoría de los casos se paga por lujos que no se van a usar.

• Viajar en temporada baja. No es lo más fácil cuando hay hijos o se está estudiando, pero si se puede hacer, se notará el ahorro en pasajes, hoteles y restaurantes. Además muchas atracciones turísticas tendrán menos visitantes y hará de la visita un momento más agradable.

· Usar el transporte público. Una de las mejores formas para conocer y para ahorrar es usar el bus o metro de la ciudad. Los locales tienden a ser muy amables con los visitantes y con seguridad se pueden conseguir indicaciones y consejos para llegar a determinado lugar.

· Cuidado con los regalos. Hay que pensar con cabeza fría los regalos y recuerdos del viaje: ¿Esto que veo acá no lo consigo a mejor precio en mi ciudad? ¿De verdad lo voy a usar, exhibir o compartir? ¿Es estrictamente necesario llevarle regalos a toda la familia, amigos y compañeros del trabajo? ¿Esto sí lo puedo llevar conmigo o tendré que pagar peso extra en el avión?

·Impuestos y gastos no especificados. Dependiendo de adónde se viaje, hay lugares donde los impuestos no están incluidos en el precio (como muchas ciudades de Estados Unidos), por lo que el precio de exhibición es diferente al precio en caja. También es importante verificar si los lugares cobran un impuesto de ingreso o de salida o si el plan turístico incluye transporte o alimentación.

· Ir al supermercado. Ir a un supermercado local permite ahorrar y conocer productos locales, es una buena opción para probar nuevas cosas y no gastar tanto. Además evita consumir los productos del minibar del hotel que suelen ser muy caros.

·Explorar. Muchas veces los lugares más populares son los más costosos. Caminar sin rumbo, atreverse a pasear, a escuchar los consejos de los locales, a perder el miedo a salirse de la guía turística permite encontrar maravillas anónimas donde se puede probar la mejor comida, visitar los lugares más hermosos, conocer la gente más amable y encontrar los productos más exóticos sin tener que gastar mucho.