Una investigación realizada por el Buró Integrado de la ONU en la República Centroafricana, en cooperación con Unicef, arrojó que soldados franceses acantonados en esa zona, habrían violado a niños en el 2014 a cambio de proporcionarles comida.
En julio del 2014, el ministerio francés de Defensa recibió un informe elaborado por miembros del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU presentes en la República Centroafricana según el cual una decena de niños afirman que, por la fuerza o a cambio de alimentos, fueron violados. El informe «ofrecía detalles de violación y sodomía de niños jóvenes por parte de soldados franceses que trabajaban junto a la misión de paz de la ONU en el país».
Según el portavoz adjunto de la ONU, Farhan Haq, un responsable de la organización fue suspendido por haber filtrado en julio del 2014 los resultados de la pesquisa a las autoridades francesas.
El escándalo estalló cuando el alto funcionario de la ONU transmitió a las autoridades de París un informe interno sobre los abusos sexuales cometidos por soldados franceses y de otras nacionalidades durante los enfrentamientos entre las milicias cristianas anti-Balaka y musulmanes de la Séléka.
Redactado a mediados de 2014 por un equipo de la ONU, el explosivo informe fue mantenido durante mucho tiempo en secreto. La investigación parecía dilatarse a tal punto que numerosos diplomáticos al corriente del caso estaban convencidos de que no se adoptaría ninguna sanción.
«Los abusos sexuales [de los cascos azules] cubiertos por la ONU muestran un desprecio manifiesto por las víctimas. Pero la terrible verdad es que no se trata de un fenómeno excepcional. La falta de reacción de la ONU a los abusos sexuales cometidos por sus miembros también debe ser objeto de investigación», dijo Paula Donovan, de la ONG Free World.
Indignado por esa falta de voluntad, Anders Kompass, trabajador humanitario sueco contratado por la ONU en Ginebra, finalmente, decidió poner al corriente del caso a las autoridades francesas.
La ONU indicó haber investigado en 2014 «graves denuncias sobre explotación sexual y abusos cometidos por militares franceses» en la República Centroafricana. El vocero de la ONU, Farhan Haq, también confirmó la suspensión de «un responsable» de la organización por haber transmitido resultados de esa investigación sin respetar las reglas internas. «Nuestra conclusión es que ese comportamiento no puede ser considerado la actitud de un whistle blower [lanzador de alertas]», comentó.
El ministerio francés de Defensa reaccionó ayer diciendo que había recibido la denuncia el 29 de julio del año pasado y que el mismo día trasladó el expediente al fiscal de París. El ministerio de Justicia confirmó que la fiscalía había abierto una investigación preliminar sobre ese tema a mediados del año pasado.
En forma paralela, el ejército abrió una investigación interna que «no permitió identificar a los eventuales responsables de esos actos», pues existen grandes dificultades para encontrar a los niños víctimas.
