Política

Farc niegan que el gobierno de Santos esté negociando en La Habana la soberanía nacional, la democracia y las Fuerzas Armadas

FARC-CUBA- MILITARES–Por primera vez, las Farc terciaron en el debate promovido por sectores políticos, encabezados por el uribista Partido Centro Democrático que «le pretenden asignar al presidente Juan Manuel Santos la intención de entregar en la Mesa la soberanía nacional, la democracia colombiana, las fuerzas armadas y todo lo que gustan de agregar» y afirman que «definitivamente eso no es cierto».

En un escrito fechado en las montañas de Colombia, publicado en la web del grupo guerrillero, titulado «Consideraciones en torno a la confidencialidad», las Farc se refieren al riguroso secreto impuesto a los diálogos «para no hacerlo abortar por obra de una infidencia» y advierten que «era de presumir que los enemigos de la solución política, empotrados no sólo en altas posiciones de la política, sino incluso de las instituciones, armaran un escándalo y decidieran atravesarse a objeto de impedir el desarrollo de la iniciativa».

«Desde luego que otras motivaciones deben inspirar a la parte oficial para insistir en lo relacionado con la reserva y el secreto de las discusiones y de los acuerdos», precisa.»No nos corresponde explayarnos en las razones que pueda tener el gobierno nacional para obrar así. Lo que sí podemos y debemos descartar de plano, es esa imputación fácil e irresponsable, que pretende asignar a Santos y su gobierno la intención de entregar en la Mesa la soberanía nacional, la democracia colombiana, las fuerzas armadas y todo lo que gustan de agregar, porque definitivamente eso no es cierto».

Además señalan que «nunca ha habido ni habrá semejante intención en el actual gobierno, ese tipo de acusaciones sólo sirven para enseñarnos el grado de fanatismo que acompaña los delirios de la extrema derecha».

Y agregan: En el caso de la insurgencia, cabe decir que la confidencialidad y el secreto sólo se inspiran en la necesidad de garantizar la vida, la integridad física y la libertad del equipo destinado a abordar las distintas etapas del proceso de paz».

Manifiestan que «acercarse a un gobierno hostil, que en ningún momento ha manifestado el mínimo propósito de atenuar la ofensiva militar, es de hecho un riesgo demasiado elevado para cualquier organización revolucionaria. La muerte del camarada Alfonso Cano es la mejor prueba del talante traicionero y criminal de la clase en el poder».

En nuestro modesto parecer, subrayan, la divulgación de informaciones que lindan con nuestra seguridad no son convenientes ni para nosotros, ni para el proceso de paz. Es algo que debe ser comprendido y respetado.

Finalmente señalan que «por lo demás siempre hemos sostenido que las conversaciones de paz debieran darse de cara al país, con participación plena de todos los sectores políticos y sociales, sin secretos. No tenemos problema en que se conozcan nuestras posiciones en las discusiones, en exponer de modo abierto nuestros puntos de vista. Hemos estado levantados en armas por más de cincuenta años en defensa de ese derecho, no vamos a limitarnos ahora. Otra cosa que las consideraciones del gobierno sean otras, que haya que consensuar ciertas formas, que no siempre se puedan hacer primar los propios criterios. En la Mesa hay dos partes sentadas, y ninguna puede imponer nada a la otra. La búsqueda de consensos es una labor paciente y cuidadosa. Hay que hacerla».