Una juez penal con función de control de garantías, cobijó con medida de aseguramiento en establecimiento carcelario a Luis Alberto Mora Ramos, segundo al mando de la banda Los Pelacos que delinquía en el Valle del Cauca y pieza clave en el atentado contra el exministro Fernando Londoño, ocurrido en la capital de la República en el 2013.

En la audiencia el fiscal del caso aseguró que gracias a la investigación adelantada se pudo establecer que el imputado como segundo al mando de la citada organización, fue quien presuntamente contrató a otra banda, la cual vinculó al menor de edad, conocido como alias Carne, para que colocara la bomba lapa en el vehículo en que se transportaba el exministro Fernando Londoño Hoyos.

Según la Fiscalía, por medio de seguimiento telefónico y labores de inteligencia se logró establecer la participación del procesado.

Se conoció además que el atentado fue coordinado desde la ciudad de Cali (Valle del Cauca), desde donde a su vez contrataron otra banda que delinquía en la capital del país y la cual era liderada por Ulises Ceballos Beltrán, ya procesado y condenado a 30 años de prisión por estos hechos.

En desarrollo de la audiencia, la Fiscalía le imputó a Mora Ramos los punibles de homicidio agravado en concurso homogéneo, en concurso heterogéneo con homicidio agravado tentado, terrorismo, concierto para delinquir agravado y utilización de menores de edad para la comisión de delitos.

Los hechos que motivaron la investigación ocurrieron el 15 de mayo de 2012, en la Avenida Caracas con calle 74, al norte de Bogotá, donde una bomba tipo Lapa, explotó en el vehículo en el que se movilizaba el exministro Londoño Hoyos y sus escoltas.

La explosión del artefacto causó la muerte del conductor del vehículo José Ricardo Ramírez Rodríguez y del escolta de policía Rosemberg Burbano Ramos, dejando con heridas de consideración al exministro y a otras 47 personas.

Para lograr la ubicación de los responsables se hizo el análisis de más de 25 mil números telefónicos, logrando establecer que las organizaciones criminales hicieron la compra de 12 celulares en Bogotá, aparatos desde los cuales se conectaron para comenzar el plan terrorista.

Tras las interceptaciones telefónicas, se dio inicio a la ubicación de los responsables, los cuales fueron capturados luego de 15 allanamientos adelantados en Bogotá y Cali.

Al final de la audiencia el imputado no aceptó los cargos siendo enviado a la cárcel La Picota de la capital del país.