Para la Contraloría General de la República (CGR) es claro que el Gobierno Nacional no ha logrado aumentar el volumen de reservas, en su política de aseguramiento del abastecimiento autosuficiente de gas natural en Colombia.

No se trata de generar una controversia para el corto plazo, sino de reconocer que al aumentar la oferta de gas, presionada por una demanda creciente, se requiere de un plan que permita recuperar los volúmenes de reservas, que permitan sostener la oferta de gas no sólo de hoy en día, sino a la totalidad de la demanda potencial de gas y esto incluye la demanda que se tuvo que desplazar a otros energéticos como sucede con un gran porcentaje de la generación térmica instalada en el país.

Si bien Colombia produce cerca de 1,160 millones de pies cúbicos día – mpcd de gas natural, y consume 1,036 mpcd, lo cual es suficiente para atender la demanda; hay que destacar que lo que está en juego es el completo abastecimiento en el mediano plazo.

Los campos de Hocol (30 mpcd) y Canacol (65 mpcd), aportan cerca de 90mpcd, sin que haya garantía de que estos se destinen al mercado nacional, toda vez que existe la posibilidad de exportar esta producción.

La adición de reservas a partir de los contratos de exploración, con compañías internacionales, firmados por la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), no deja de ser más que una expectativa.

Por su parte, los proyectos de ampliación de oferta a través de la ampliación de la capacidad de transporte, como en el caso del gasoducto de Cartagena a Sincelejo, contribuyen a aumentar el ritmo de agotamiento de reservas que entre 2000 y 2012 ya venían decreciendo al 10% anual.

No es correcto afirmar que la construcción de la regasificadora permitirá liberar volúmenes importantes de gas en todo momento dado que esto solo se dará en condiciones de precios de bolsa de energía lo suficientemente altos como para permitir la despachabilidad de un gas de alto costo como lo sería el de una planta regasificadora.

Ya se han dado señales de mayores costos para la industria con la apertura de negociación de precios de gas segmentó los mercados entre distribuidores y agentes generadores con un indexador de precios mayor para los segundos.

Así mismo, la eventual necesidad de importar Gas Natural va a incidir directamente sobre los precios finales y sobre los subsidios asociados a la demanda residencial.

En suma, se observa la necesidad de una política que garantice el abastecimiento al menos de la demanda esencial de gas natural, con autosuficiencia dados los impactos en precios finales y fiscal derivados de la posible importa.