La orden de monjas propietaria del edificio valorado en varios millones de dólares se lo vendió a una empresaria que quiere convertirlo en un hotel y restaurante. El arzobispo, por su parte, enfrenta a esta decisión alegando que las monjas no tienen autoridad para realizar la operación y que la oferta de 14,5 millones de dólares de Perry por la propiedad es un mejor acuerdo.
Los abogados del arzobispo solicitaron al juez que se revierta la operación anterior.
Perry no está implicada en la demanda, pero la intérprete de «Roar» se reunió el pasado mayo con las monjas para intentar convencerlas de que sería una buena propietaria de su adorado convento. Las hermanas no quedaron impresionadas.