Según el último informe del Instituto de Medicina Legal, los uniformados que fueron emboscados en zona rural del municipio de Guicán, en el departamento de Boyacá, no fueron rematados con tiro de gracia como se venía especulando. “No hay ningún signo de tortura ni tratos crueles o inhumanos”, afirmó el director del instituto forense, Carlos Valdez.

“Las trayectorias intracorporales dan cuenta que la mayor cantidad de los impactos fueron recibidos a nivel de tórax y cabeza”, afirmó Valdez, por lo que descarta que los uniformados hubieran sido rematados tras la emboscada con tiro de gracia.

“Por los estudios de las lesiones en los cuerpos todos presentan trayectorias de disparos hechos a larga distancia y no hay ningún signo de tortura ni tratos crueles o inhumanos”, dijo además.

El grupo terrorista afirma que se vio “obligado” a emboscar al grupo de uniformados por los intensos operativos antiguerrilleros que se adelantan sobre sus áreas y advierte que esta operación no contradice sus anhelos de paz sino que corresponde al contexto de la guerra que vive Colombia.

En un comunicado el Eln señala que en donde fue atacada la patrulla no hay población y es un camino de herradura a una altur de 3.500 metros sobre el nivel del mar y añaden que no es cierto que el sitio del ataque hubiesen miembros de la registraduría.

Luego reseñan que el ataque dejó como resultado 17 soldados y un policía muertos y algunos heridos y agregan que están en su poder “como prisioneros de guerra” los soldados Andrés Felipe Pérez, oriundo de Tuluá, Valle y Kleider Antonio Rodríguez, oriundo de Aguazul, Casanare, quienes, subrayan, reciben el trato digno que establecen sus estatutos conforme al derecho internacional humanitario.