–El Papa Francisco deploró el robo y publicación de documentos del Vaticano, pero advirtió que ese hecho no lo desvía del trabajo de reforma que está llevando a cabo.
Los pronunciamientos los hizo el Pontífice este domingo despues de la oración del ángelus, cuando hizo alusión a las noticias que circularon a propósito de documentos reservados de la Santa Sede robados y publicados en los últimos días.
Francisco dijo: «Quisiera decirles, ante todo, que robar aquellos documentos es un delito, es un acto deplorable que no ayuda».
Y agregó: «Por esto quiero asegurarles que este triste hecho ciertamente no me desvía del trabajo de reforma que estamos llevando adelante, con mis colaboradores y con el apoyo de todos ustedes. Sí, con el apoyo de toda la Iglesia, porque la Iglesia se renueva con la oración y con la santidad cotidiana de todo bautizado».
«Por consiguiente–continuó diciendo Francisco–, les agradezco y les pido que sigan rezando por el Papa y por la Iglesia, sin dejarse turbar, sino yendo adelante con confianza y esperanza».
El texto completo de las palabras de Francisco sobre la fuga de documentos reservados traducido del italiano, son las siguientes:
“Queridos hermanos y hermanas, sé que muchos de ustedes se han sentido turbados por las noticias que circularon en días pasados a propósito de documentos reservados de la Santa Sede que fueron sustraídos y publicados. Por esta razón quisiera decirles, ante todo, que robar aquellos documentos es un delito, es un acto deplorable que no ayuda.
Yo mismo había pedido que se hiciera ese estudio y mis colaboradores y yo, ya conocíamos bien aquellos documentos. Y se tomaron algunas medidas que comenzaron a dar frutos, incluso algunos visibles. Por esto quiero asegurarles que este triste hecho ciertamente no me desvía del trabajo de reforma que estamos llevando adelante, con mis colaboradores y con el apoyo de todos ustedes. Sí, con el apoyo de toda la Iglesia, porque la Iglesia se renueva con la oración y con la santidad cotidiana de todo bautizado. Por consiguiente, les agradezco y les pido que sigan rezando por el Papa y por la Iglesia, sin dejarse turbar, sino yendo adelante con confianza y esperanza”.
MENSAJE DEL ANGELUS
En el Angelus, el Papa Francisco habló sobre cómo no deben ser los seguidores de Jesús y el ideal ejemplar del cristiano.
No se puede dar culto a Dios y causar daño a los pobres, o anteponer al amor a Dios a la vanagloria o el propio interés, dijo, hablando de los escribas y doctores de la ley que tienen el defecto de la soberbia, la avidez y la hipocresía.
«Pero, bajo apariencias tan solemnes se esconden falsedad e injusticia. Mientras se pavonean en público, usan su autoridad – así dice Jesús – para devorar los bienes de las viudas» y las personas más indefensas y desamparadas. «También hoy existe el riesgo de asumir estas conductas, por ejemplo, cuando se separa la oración de la justicia, porque no se puede rendir culto a Dios y causar daño a los pobres. O cuando se dice que se ama a Dios y, sin embargo, se antepone a Él la propia vanagloria, el propio provecho».
Tomando el ejemplo de la viuda pobre que puso todo lo que tenía para vivir en el tesoro del Templo, el Sucesor de Pedro explicó que «Jesús observa atentamente a esa mujer y llama la atención de los discípulos diciendo que la viuda, con discreción y humildad, ha dado «todo lo que tenía para vivir» por ello – dice Jesús – ella ha dado más que todos. «En su pobreza ha comprendido que, teniendo a Dios, lo tiene todo; se siente amada totalmente por Él y, a su vez, lo ama totalmente. ¡Qué lindo ejemplo esa viejita, lindo ejemplo!» Jesús, hoy, nos dice también a nosotros que el metro de juicio no es la cantidad, sino la plenitud. Hay una enfermedad que hace que el corazón se baje hasta la billetera».
El Papa comparó a la viuda pobre con la Virgen María que dió toda su vida a Dios por nosotros, pidió que nos pongamos en su escuela y rogó a Dios para todos un corazón pobre, pero rico de generosidad alegre y gratuita.
DIGNIDAD HUMANA Y DERECHOS LABORALES
La víspera, el Papa Francisco destacó que el trabajo no puede ser un mecanismo perverso y que el derecho al trabajo implica derechos basados en la persona humana y en su dignidad trascendente: el derecho al reposo semanal y a la jubilación digna; el derecho asistencial para el que ha perdido el trabajo, nunca lo tuvo o ha tenido que dejarlo; atención privilegiada al trabajo femenino, asistencia a la maternidad, tutelando la vida que nace. Que nunca falte el seguro para la vejez, la enfermedad, los infortunios laborales.
Al recibir en la Plaza de San Pedro a los dirigentes y empleados del Instituto nacional italiano para la seguridad social, Istituto Nazionale della Prevvidenza Sociale, INPS, acompañados de sus familiares – más de 23 mil personas, que lo recibieron con gran alegría – el Obispo de Roma se refirió a los desafíos complejos que presentan la sociedad de hoy y el mundo laboral, plagado por la insuficiencia de puestos de trabajo y por la precariedad de las garantías que ofrece. Ante estas realidades tristemente actuales en el mundo globalizado, el Papa reiteró su exhortación, recordando que es un deber de justicia, con especial atención a los más desfavorecidos:
«¡Nunca olvidar al hombre: éste es el imperativo! Amar y servir al hombre con conciencia responsabilidad, disponibilidad. Trabajar para el que trabaja y no olvidar al que quisiera trabajar y no puede hacerlo. Y ello, no como obra de solidaridad, sino como deber de justicia y de subsidiariedad. Sostener a los más débiles, para que a nadie le falte la dignidad y la libertad de vivir una vida auténticamente humana».
Antes de pronunciar su discurso, el Santo Padre recibió un saludo de Mons. Giorgio Corbellini, Presidente de la Oficina de Trabajo de la Sede Apostólica, que recordó los acuerdos entre la Santa Sede y el INPS, y del Presidente del citado instituto.
