Bogotá

Fiscalía busca más víctimas del ‘Monstruo de Monserrate’

Asesino monserrate

La Directora de la Fiscalía seccional Bogotá, Carmen Torres, aseguró que no descarta el hallazgo de más cuerpos en un predio ubicado en inmediaciones al cerro de Monserrate. En dicho lugar, Fredy Armando Valencia Vargas, conocido como el ‘Monstruo de Monserrate’, cometió alrededor de ocho homicidios.

“La Fiscalía continúa, a través de la Policía Judicial de la Sijín, adelantando las labores para determinar sí existen más restos óseos en el sector”, indicó Torres.

De igual forma, la directora de la Fiscalía seccional Bogotá indicó que el informe psiquiátrico de Medicina Legal que se le practicará en las próximas horas a Valencia Vargas será clave para comprobar si existen informaciones de desapariciones que tengan que ver con estos restos óseos y así establecer la verdad.

Por último, el ente investigador tampoco descarta la posibilidad de realizar otras imputaciones a Valencia por los hechos que estremecieron al país durante la semana en curso.

Por ahora, han sido ocho los cuerpos enterrados que han sido hallados en los alrededores del cerro de Monserrate.

El ‘Monstruo de Monserrate’ contactaba a las mujeres que en muchos casos eran habitantes de calle en el sector conocido como ‘el Bronx’ en el centro, luego las llevaba al cambuche ubicado en la falda del Santuario y luego las asesinaba.

Fredy Valencia afirmó que el primer asesinato lo cometió en 2010 cuando armó un improvisado cambuche en los Cerros Orientales.

“Yo recogía a estas muchachas en la calle, las llevaba a mi casa, las bañaba, les daba comida y a cambio de todo esto yo pedía estar con ellas pero ya cuando tenían todo esto, ellas querían llevarse mis cosas de valor entonces yo por defenderme las asfixié, me acuerdo claro de por lo menos cuatro, de las otras no porque estaba muy trabado”, aseguró Valencia.

Las víctimas de Fredy eran mujeres habitantes de calle que tenían entre 18 y 22 años. Por lo general eran adictas y cuando él las llevaba a su cambuche en ese momento era cuando cometía los crímenes.

Por varios años, utilizaba el mismo modus operandi para satisfacer sus deseos sexuales. No despertó sospechas, ya que las víctimas no eran reportadas como desaparecidas por su condición de habitante de calle.