El vicepresidente brasileño Michel Temer se distanció aún más de la mandataria Dilma Rousseff con una carta de reclamo que lo pone en una posición en que, según sus aliados, puede alejarse del atribulado gobierno o liderar el país si el Congreso desencadena un juicio político contra la presidenta.
En una carta a la presidenta, tras días de especulaciones en torno a un creciente distanciamiento entre ellos, Temer se quejó de que Rousseff lo marginó de importantes decisiones de gabinete y que ya no confía en su Partido del Movimiento Democrático Brasileño(PMDB), principal aliado de la mandataria en la coalición gobernante.
La misiva fue publicada por el diario O Globo y su contenido fue confirmado por asesores de Temer.
El PMDB está dividido en torno a los procedimientos para un juicio político que comenzaron la semana pasada contra Rousseff, una izquierdista que asumió la presidencia en el 2011.
La oposición abrió los procedimientos para una impugnación acusando a Rousseff de usar manejos contables para ocultar el costo de medidas de estímulo económico durante su campaña para la reelección el año pasado. Un auditor del congreso dijo que las prácticas violaron las leyes de finanzas públicas.
La presidenta, que ha negado haber cometido algún delito, parece disfrutar de suficiente respaldo en el Congreso como para frustrar una votación para determinar si procede el juicio político, un extenso proceso que se prolongaría hasta el próximo año.
Pero Temer controla votos cruciales de moderados en su partido que, colectivamente, podrían inclinar la balanza en contra de la presidenta, cuya popularidad se ha venido abajo en medio de una severa recesión y un masivo escándalo de corrupción que involucra a la petrolera Petrobras.
La incertidumbre sobre el futuro político de Brasil ha debilitado al real brasileño y al mercado de acciones de Sao Paulo, aunque éste repuntó la semana pasada cuando el presidente de la Cámara baja del congreso, Eduardo Cunha, anunció el inicio de los procedimientos para un juicio político contra Rousseff.
Las relaciones entre Temer y Rousseff prácticamente se congelaron desde que el vicepresidente declaró a la prensa en agosto que Brasil necesitaba de alguien que uniera al país. Reuters
