Sobre el medio día inició oficialmente la instalación de la nueva Asamblea Nacional de Venezuela en la que los diputados de la oposición serán mayoría tras 15 años bajó el control de la mayoría chavista.

Cientos de personas, tanto opositores como oficialistas, se concentraron en las cercanías del parlamento antes del inicio del acto.

Uno de los primeros hechos curiosos fue que la entrada de los diputados oficialistas se llevó a cabo por un acceso distinto al dispuesto para los diputados opositores, que tuvieron que compartirlo con los demás asistentes y miembros de la prensa.

Durante la jornada, varios diputados opositores denunciaron impedimentos para ingresar a la Asamblea por parte de las autoridades militares, como solicitudes de autorizaciones para su ingreso.

También denunciaron agresiones físicas por parte de uniformados de la Guardia Nacional Bolivariana.

Otra de las curiosidades es que el cuadro del fallecido expresidente Hugo Chávez que solía tener una posición privilegiada en las instalaciones fue retirado.

Entre los asistentes se encuentra el presidente de la Mesa Directiva del Senado mexicano, Roberto Gil Zuarth.

“Los venezolanos han logrado canalizar el descontento con la situación económica y política de su país a través del voto, el instrumento más poderoso en cualquier democracia», expresó Gil.

Mientras tanto, la Unión Europea (UE) destacó la importancia de que la nueva Asamblea Nacional de Venezuela pueda cumplir plenamente sus prerrogativas constitucionales, respetándose así «el voto del pueblo» y el Gobierno de Brasil instó al chavismo y a la oposición a «mantener y perfeccionar el diálogo y la buena convivencia».

Por su parte, el líder opositor Henrique Capriles, invitado a la posesión comentó a su ingreso que la mayoría legislativa contraria al presidente, Nicolás Maduro, que asumirá este martes «no será revanchista».

«Esta no es la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) de la revancha de la oposición; no es la Asamblea de la oposición, sino de la solución» a los problemas del país, declaró Capriles.