Fortalecer los músculos y los huesos, controlar la presión arterial, elevar el estado de ánimo y proteger la salud mental. Estos son solo algunos de los beneficios que trae para el organismo practicar regularmente alguna actividad física.

Según expertos, es recomendable realizar ejercicio, por lo menos, tres veces a la semana y con una duración de 40 minutos por sesión. “De acuerdo con estudios científicos, hacer alguna actividad física sirve de tratamiento para diversas enfermedades, reduce las cifras de colesterol LDL (malo) y permite una mejor coordinación psicomotriz, entre otros”, aseguró Germán Rodríguez, médico fisiatra adscrito a Colsanitas.

Es por esto que, para sacarle el mejor provecho, es importante que tenga en cuenta las siguientes recomendaciones que le permitirán no solo mejorar su rendimiento físico, sino también prevenir riesgos para la salud.

1. No exceda los límites

Factores como la edad, el sexo, el estado de salud y el grado de entrenamiento determinan lo que cada persona puede y debe hacer al ejercitarse. Nunca debe ir más allá de lo que el cuerpo permite. Por esto, siempre debe acudir previamente a un especialista para que realice una valoración médica y exámenes clínicos que amerite cada caso.

2. Use los implementos adecuados

Cada disciplina deportiva, así sea solamente salir a caminar, debe llevarse a cabo con ropa cómoda y diseñada para tal fin. Es imprescindible vestir materiales livianos, en la talla correcta y que permitan transpirar libremente. Siempre es conveniente contar con la asesoría de un experto a la hora de comprar el calzado deportivo, la raqueta, los patines o la bicicleta que mejor se ajuste a la talla, a la estatura, a la contextura y al grado de entrenamiento. Esa es la mejor forma de prevenir lesiones y de evitar gastos innecesarios.

3. Hacer calentamientos y estiramientos

Tanto los músculos, como las articulaciones, los tendones, el corazón, los pulmones y el cerebro requieren de una preparación previa a la actividad física. Solo de esta manera se podrán evitar lesiones y obtener un mayor rendimiento. Es necesario que exista un proceso adaptativo adecuado, que parta de movimientos suaves, pero que vaya incrementando a medida que los músculos van calentando. Esta etapa previa debe durar por lo menos unos diez minutos. Al finalizar también hay que tomarse un tiempo para realizar movimientos suaves en los músculos trabajados y ejercicios de respiración con el fin de que el organismo pueda adaptarse al estado de reposo.

4. Alimentarse correctamente

Nunca debe hacer ejercicio con un ayuno mayor a una hora, pues puede ocurrir una baja de glicemia durante la práctica. Esto es más importante en pacientes diabéticos que usan insulina, ya que es indispensable que un médico ajuste las dosis y haga las modificaciones del uso de la hormona antes del entrenamiento.

Para tener una buena rutina se puede ingerir una porción normal de algún alimento calórico 30 minutos antes de la sesión de ejercicio y en ningún caso se debe iniciar la actividad inmediatamente después de comer.

5. Tener claro los objetivos del ejercicio y sus beneficios

Es fundamental tener clara la meta que se quiere alcanzar con la actividad física y, sobre todo, la forma de llegar a ella. Las expectativas pueden ir desde el cuidado básico de salud, la pérdida de peso, hasta el alto rendimiento deportivo y la rehabilitación cardiovascular. La historia clínica sigue siendo el pilar sobre el cual se determinan los riesgos y los beneficios de cada rutina deportiva. Por eso siempre debe existir la asesoría profesional que garantice resultados exitosos y sin complicaciones.