Los precios de los alimentos básicos cayeron en 2015 un 19% en comparación con el año anterior, debido a la oferta abundante, la tímida demanda mundial y la apreciación del dólar estadounidense, informó hoy la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Por productos, la leche fue la que más se abarató en 2015, concretamente el 28,5% anual, cayendo a su nivel más bajo desde 2009. A esa tendencia negativa se sumaron el azúcar, cuyos precios se redujeron un 21% respecto a 2014; los aceites vegetales (19%), los cereales (15,4%) y la carne (15,1 %), según la agencia.

El caso de Colombia es otro, por el fenómeno del Niño, se presenta un desabastecimiento de alimentos por lo que sus precios se ponen por las nubes. En la inflación más reciente de 6,77%, divulgada por el Dane, los alimentos tuvieron la cifra más alta: 10,8%.

A nivel mensual, los precios internacionales de los alimentos descendieron en diciembre el 1% debido a la caída registrada en todos los productos, excepto en el azúcar y los aceites. El precio de la carne se contrajo el 2,2 % respecto a noviembre en medio de una menor demanda exterior de bovino en Estados Unidos y del crecimiento de la producción de carne de cerdo en la Unión Europea.

Respecto a los cereales, que se abarataron el 13 % mensual, las expectativas de mayores suministros mundiales tras la retirada de los impuestos a la exportación en Argentina mejoró la oferta de trigo, la competencia en las exportaciones de maíz se intensificó y la cotización del arroz se mantuvo más estable.

Por el contrario, subieron el 2,1% los precios de los aceites vegetales por la soja y las dudas que suscita su producción en Brasil, y del 0,6% en el caso del azúcar, ante los atrasos de la cosecha en ese mismo país debido a las fuertes precipitaciones y la reducción de la producción en países como la India, Tailandia y Sudáfrica.

La situación colombiana tiene sus razones en las importaciones con un dólar elevado. Entre enero y noviembre de 2015, las importaciones de productos agropecuarios y agroindustriales ascendieron a 10,6 millones de toneladas. Esto representa 5.369 millones de dólares y si el peso colombiano se ha devaluado en más de un 25%, el costo de las importaciones se multiplica, por lo que el bolsillo de los consumidores, y no los expendedores, son los que sienten el incremento.