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Con el «Conejo» de las Farc al gobierno el proceso de paz pierde credibilidad y respaldo ciudadano

El Caguan 2002 y Conejo 2016
El Caguan 2002 y Conejo 2016
–Al igual que la crisis generada por la muerte de los 11 soldados en el Cauca y el secuestro del General Alzate en el Chocó, la crisis provocada por la «toma» armada de las Farc al corregimiento de El Conejo, en la Guajira, tendrá un impacto negativo en el proceso de paz, que se traduce en una pérdida de credibilidad y respaldo ciudadano a la negociación y a un eventual plebiscito como mecanismo de refrendación de los acuerdos.

Así lo estableció el Centro de Recursos para el Análisis de Conflicto, CERAC, el cual agregó que la actuación de las Farc también rompe la confianza entre las partes, construida durante los últimos meses.

El CERAC establece que la salida fallida de las Farc a la plaza pública generó una crisis inesperada en el proceso de negociación, al tiempo que evidenció las dificultades que tienen las partes para iniciar una campaña de pedagogía a favor de la paz antes del establecimiento de un cese bilateral definitivo. Sin embargo, similar a las crisis pasadas, la resolución de este incidente puede terminar fortaleciendo las negociaciones.

Subraya que en parte, esta crisis se originó por la falta de claridad en las reglas de juego en torno a la visita de líderes guerrilleros al territorio colombiano para realizar ejercicios pedagógicos a favor de la paz. Asuntos de gran importancia como las zonas donde se permitirían estos eventos, las condiciones de seguridad para el desarrollo de los mismos y la participación o no de población civil en ellos no estaban claramente regulados.

El CERAC advierte que el evento en Fonseca evidenció los enormes riesgos políticos y de seguridad que puede generar la combinación de armas y política. La posibilidad de un combate entre las Farc con la Fuerza Pública u otro grupo en medio de estas campañas, así como de un atentado contra los participantes de estos eventos por parte de otros grupos, suponen un grave riesgo no sólo para los negociadores y miembros de las Farc sino sobre todo para la población civil.

No obstante el CERAC establece que esta crisis puede resolverse con dos medidas: En primer lugar, las partes deben reconocer la necesidad de establecer un cese bilateral definitivo como paso previo al inicio de una campaña generalizada a favor de la paz por ambas partes. Dicho cese no sólo aminora los riesgos para realizar los eventos a favor de la paz, sino que también reduce la disonancia cognitiva que genera transmitir a la población civil y la opinión pública un mensaje a favor de la paz en medio de la guerra. Si se trata de hacer política, las partes deben hacerlo de forma segura y estratégica, lo cual pasa por renunciar a la violencia.

En segundo lugar, las partes pueden tomar este incidente como una oportunidad para definir aspectos de forma cruciales como las reglas de juego para futuros ejercicios de pedagogía para la paz.

Agrega que en particular, las partes deben establecer un protocolo para aislar a los civiles de los eventos realizados por las FARC antes del cese bilateral y, para definir dónde se realizarían dichos eventos de forma pública, con qué condiciones de seguridad contarían y cómo se blindaría a los civiles que no quieran asistir luego del inicio de este cese. Desde ahora, la realización de estos eventos por parte de las FARC podría contar con un ejercicio de acompañamiento por parte de la misión política de verificación de la ONU.

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