Esta es la conclusión de un estudio realizado por la Universidad Nacional, que destaca que el mayor deterioro se presenta a lado y lado de las rutas de la Avenida Caracas y de la carrera 30 o Avenida NQS.
La autora del estudio, Nataly Díaz, magíster en Geografía de la Universidad Nacional, recorrió las troncales avenida Eldorado, avenida Fernando Mazuera o carrera décima, avenidas Caracas y avenida NQS, con el fin de identificar las fachadas inactivas, los inmuebles abandonados y las áreas remanentes o espacios vacíos, tras las obras realizadas para ampliar las vías.
Luego de recorrer varias veces cada eje, se identificaron alrededor de 64 fachadas inactivas, 43 espacios vacíos y 52 inmuebles abandonados.
Para conocer la percepción de los bogotanos, se realizaron entrevistas a los usuarios de TransMilenio, peatones, habitantes del sector y comerciantes, quienes manifestaron que el paisaje residual, como se denominó a estos espacios, genera un 85 % de sensaciones negativas en todas las avenidas.
Estos lugares, además de empobrecer el paisaje urbano, son percibidos por las personas como zonas de inseguridad que reafirman imaginarios de fealdad en relación con el aspecto de la ciudad.
Según explicó la investigadora, la mayoría de estos espacios son el resultado de las demoliciones para el ensanche de las vías y muchas edificaciones fueron abandonadas, porque el paso de este medio de trasporte afectó el comercio y el transito peatonal de las zonas.
Los encuestados mostraron mayor desagrado por la carrera décima y la avenida Caracas, ya que tiene altos niveles de suciedad, ausencia de espacios verdes, gran presencia de habitantes de calle y casas deshabitadas.
Por otro lado, la NQS y la avenida Eldorado recibieron mejores comentarios por tener mayor presencia de vegetación y espacios limpios.
Sumado a esto, se evidenció que los habitantes no sabían quién era el responsable del aspecto de estos espacios. La mayoría mencionó a la Alcaldía Mayor, pero también reconocieron que los ciudadanos tenían parte de la responsabilidad por la deficiente disposición de basuras.
En la investigación se consultó a las entidades oficiales involucradas en la planeación de la ciudad, como el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU), la Empresa de Renovación Urbana, la Secretaria Distrital de Planeación, la Secretaría de Cultura, el Departamento Administrativo de la Defensoría del Espacio Público y el Instituto Distrital del Patrimonio Cultural.
A los representantes de cada entidad se les preguntó cuál era el nivel de injerencia que tenían en la planeación del paisaje y en el desarrollo de los proyectos de infraestructura y movilidad en la ciudad. Asimismo, indagaron hasta dónde podían intervenir en la toma de decisiones y en la planeación, no solo de las vías, también del paisaje que rodea las obras.
Según las respuestas, se concluyó que existen vacíos en la normatividad que no permiten la construcción de un paisaje urbano integral.
En términos legales solo se piensa en la construcción de la vía y los proyectos de movilidad sin contemplar cómo puede verse afectado el paisaje urbano. Respecto a esto, la investigadora señala: “al no haber una visión integradora del paisaje, cada entidad tiene funciones divididas y por esto la ciudad se va armando por retazos”.
Asimismo, es importante hacer un cambio del Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad porque de lo contrario los desarrollos urbanísticos seguirán siendo de manera fragmentada, parcializada y podrán generar paisajes residuales.
Aunque el IDU mencionó que a largo plazo se tienen planes para reconstruir estos lugares, lo ideal sería que desde la planeación de los proyectos viales ya se tenga diseñado cómo fortalecer los espacios públicos aledaños.
“Para evitar estos espacios abandonados se podría haber generado en paralelo un proyecto de renovación. Si bien esto no es función directa del IDU una articulación de todas las entidades, permitiría la ejecución de proyectos conjuntos para que todo el espacio se renovara al tiempo”, sostuvo la magíster Díaz.
Actualmente, estos espacios han sido utilizados por escritores de grafiti para mostrar el arte urbano y mantener un nuevo significado al paisaje, incluso el Instituto Distrital de las Artes (Idartes) ha abierto convocatorias para llevar a cabo estas prácticas de manera oficial.
Por último, la investigación dejó ver que a las personas les gustaría que en las zonas de paisaje residual se adecuaran parques, gimnasios urbanos con nuevas construcciones para su reactivación. (Informe de la Agencia de Noticias U.N.)