–El cabecilla de las Farc alias Timochenko le dirigió un escrito al expresidente y senador Alvaro uribe Vélez en el cual le invita a dialogar sobre la propuesta del grupo guerrillero en torno a «un acuerdo político para reordenar entre todos la nación colombiana». Al efecto, le dice al exmandatario que quiere que «Usted sea partícipe de él», por lo que le plantea: «Venga esa mano, le extendemos la nuestra con un ramo de olivo».

En su escrito Timochenko le dice a Uribe que fue «un formidable adversario que nunca nos dio cuartel», pero agrega que pese a ello «seguimos aquí, en la brega» dizque «trabajando incansables por la nueva Colombia»

Y concluye: «Venga esa mano, le extendemos la nuestra con un ramo de olivo. La paz sí que merece dejar atrás orgullos. Resuélvase».

En principio el cabecilla de las Farc habla de las negociaciones de La Habana y afirma que «durante ese trecho ha germinado la esperanza y ya palpita muy cerca la firma de un Acuerdo Final de Paz».

Igualmente destaca el apoyo recibido de diferentes sectores, subraya que «antiguos jefes de Estado y de gobierno también se han reunido con nosotros» y añade que «muchos nos han dado a conocer sus preocupaciones y reservas. Pero en su conjunto ninguno ha dejado de animarnos a perseverar en la búsqueda de la paz por las vías del diálogo y la reconciliación».

Dice que en La Habana se acordó un mecanismo especial de justicia, ante el cual todos los vinculados directa o indirectamente al conflicto deberán responder por sus actos.

«Eso nos incluye a nosotros. A la luz del derecho de los Derechos Humanos, el Derecho Internacional Humanitario y el Estatuto de Roma. Nos hemos acogido a los principios y estatutos de Naciones Unidas, a los tratados y convenciones internacionales sobre derechos humanos. No hemos evadido nada», advierte.

Y precis: «A todos aquellos que por diversas razones se sienten dejados a un lado por los diálogos de La Habana, a usted mismo, doctor Uribe, los invitamos del modo más comedido a deponer prevenciones. No es justo concluir con tanto desparpajo que los acuerdos alcanzados sin su presencia constituyen una traición a la patria, ni cabe continuar alimentando en la mente de parte importante de la población colombiana el rencor y los ánimos de venganza».

«Presidente Uribe, estamos dispuestos a conversar tranquilamente con Usted sobre el futuro de nuestra nación», indica Timochenko.

«En La Habana, o en lugar de Colombia que usted prefiera, contando desde luego con las garantías de seguridad suficientes para nuestro traslado y estadía en suelo patrio. Discutamos sobre su llamado a la resistencia nacional contra la paz, producido sin haber escuchado a quienes tanto combatió por tierra, mar y aire sin vencerlos. Nosotros provenimos de la resistencia a la violencia, a la injusticia y la impunidad. Precisemos entonces el significado del término».

Timochenko dice que «es fácil azuzar la violencia desde cómodas habitaciones en los barrios altos de la ciudad, cuando los muertos caen en los campos y son hijos ajenos de gentes anónimas».

Y finalmente le indica: «Lo queremos a Usted sentado a la Mesa de la Reconstrucción y Reconciliación Nacional. No a la mesa del capricho personal o las exigencias carentes de generosidad. Continuemos la marcha a partir de lo alcanzado que ya aplauden las naciones de todos los continentes, que responde al derecho de gentes, a tratados internacionales que hacen parte del bloque de constitucionalidad de la República, que aplauden mandatarios de todo el mundo y hasta el Papa Francisco».

Timoleón Jiménez