Teniendo en cuenta que la mayor problemática ambiental en la Reserva Van der Hammen es la disposición ilegal de escombros, la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca ha solicitado el apoyo de la Secretaría de Movilidad de Bogotá para combatir la circulación de estos residuos en las volquetas donde los transportan actualmente para luego dejarlos en diferentes predios de esta importante área de conservación.

Aunque la entidad cuenta con un equipo especializado en áreas protegidas para supervisar, controlar y sancionar a los infractores, esta tarea en algunos casos, necesita el apoyo de entidades que puedan contribuir para suprimirles herramientas a los contraventores; para quienes esta actividad ha resultado un buen negocio, pues actualmente, en los sitios ilegales de disposición, se cobra una tarifa aproximada de $40.000 pesos por viaje, lo que hace que sea atractivo desde el punto de vista económico. Cientos de volquetas depositan a diario los residuos sólidos compuestos de material de construcción mezclados con residuos sólidos como plásticos, icopor, materia orgánica, madera, entre otros, causando taponamiento de canales (vallados), deterioro del paisaje y malos olores en el caso de la descomposición de la materia orgánica. Para la entidad es muy importante el control al tráfico indiscriminado de los escombros. Por eso, la intención de la Corporación es que el Distrito pueda ejercer autoridad a través del Pin que a cada volqueta se le asigna o mediante el Plan de Gestión Integral de Residuos Peligrosos, que deben llevar quienes realizan la actividad bajo la legalidad. Sin embargo, es importante recalcar que en Bogotá sólo el predio denominado La Fiscala es apto para recibir Residuos de Construcción y Demolición (RCD), lugar o alternativa avalada por la Secretaria Distrital de Ambiente. Por ahora, se realizó la petición y se espera la colaboración de la Policía Nacional y/o Policía de Tránsito, quien sería el competente en este caso.
Es importante que la comunidad tome conciencia del daño que se causa con el depósito de este tipo de materiales, ya que se está generando un desplazamiento de especies de fauna, pérdida significativa en la calidad del suelo, de especies de flora nativa en la zona, y la afectación en la calidad del agua tanto superficial como subterránea.