Internacional

Papa Francisco pide responder con bondad a los “gestos de odio” en el mundo

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El papa Francisco recomendó responder a “los gestos de odio y de destrucción” en el mundo con “gestos de bondad” y reivindicó la fraternidad entre las personas más allá de sus culturas o de la religión que profesen.

“A los gestos de odio y destrucción respondamos con gestos de bondad. Tenemos diferentes culturas y religiones, pero somos hermanos”, escribió el pontífice a través de su cuenta de Twitter, traducida a nueve idiomas.

Francisco ha defendido en múltiples ocasiones la necesidad de evitar la violencia como respuesta a las agresiones y, en este sentido, ha abogado por el diálogo entre religiones como medio para lograr la paz en el mundo.

En su vuelo hacia Polonia, el pasado 27 de junio, el papa reconoció que “el mundo está en guerra porque ha perdido la paz” pero argumentó que no se trata “de una guerra de religiones”.

Además, el papa tachó de “inaceptable” que personas inermes, “también muchos niños”, paguen el precio de la guerra en Siria, y lamentó la “cerrazón de corazón y la falta de voluntad de paz” de los países con peso internacional.

“Desgraciadamente desde Siria continúan llegando noticias de víctimas civiles por la guerra, en particular en Alepo. Es inaceptable que tantas personas inermes, también muchos niños, tengan que pagar el precio del conflicto”, denunció tras el Ángelus.

Francisco lamentó que deban pagar “el precio de la cerrazón de corazón y de la falta de la voluntad de paz de los potentes”.

El pontífice expresó su cercanía “a los hermanos y hermanas sirias”, y llamó a rezar y ser solidarios con ellos, a quienes encomendó “a la materna protección de la Virgen María”.

Acto seguido Francisco invitó a orar en silencio a los cientos de fieles que asistieron al Ángelus desde la plaza de San Pedro y posteriormente rezó en voz alta un Ave María.

La guerra en Siria, comenzada en 2011, se centra ahora en Alepo, después de que los rebeldes consiguieran romper ayer el cerco impuesto por las fuerzas gubernamentales a los barrios orientales, en manos de la oposición.

La ciudad se la disputan las fuerzas de Damasco y los rebeldes desde el verano de 2012, cuando los insurgentes conquistaron amplias áreas de la urbe, la segunda de Siria y una de las más castigadas por el conflicto. Con EFE