Después de un año de juicio, el patrullero Wilmer Alarcón fue condenado este lunes en el juzgado 43 de conocimiento, por la muerte de Diego Felipe Becerra, el 19 de agosto de 2011 cuando el uniformado decidió dispararle por la espalda.

Para el juez, las pruebas de la Fiscalía General y la defensa, confirmaron que no se trató de un ladrón como lo quiso hacer ver el uniformado.

Las hipótesis del policía, desvirtuada por la fiscalía eran que el joven de 16 años llevaba consigo un arma y que el patrullero tuvo que activar su arma en defensa propia.

Según Medicina Legal, al menor nunca le fue hallado en sus manos el rastro de pólvora, pero sí huellas de pintura por el spray que utilizó ese día para pintar una pared.

Otro detalle que quedó comprobado es que al joven se le disparó por la espalda y «en total indefensión».

El juzgado 43 de conocimiento halló culpable a Alarcón por el delito de homicidio agravado, y la sentencia se conocerá el 27 de octubre próximo.

El sindicado permanecía recluido desde el año 2012 y la semana pasada había recobrado su libertad. Este lunes no se presentó ante la justicia, por lo que el juzgado le emitió orden de captura.