Obama suspende reunión con presidente de Filipinas porque lo llamó “H P”
La entrevista se iba a realizar en Laos, en el marco de la Cumbre de la Asociacion de Naciones Unidass del Sudeste Asiático.
El presidente filipino quiso enmendar la metida de pata y emitió un comunicado en el cual lamentó lo dicho y que el presidente Obama lo hubiese tomado de manera personal.
«Lamentamos que (los comentarios) se hayan entendido como un ataque personal hacia el presidente de EE UU», señaló Duterte en un comunicado hecho público en la capital laosiana.
El mandatario filipino también dijo sentir un «profundo aprecio y afinidad» con Obama, y afirmó que espera «limar las asperezas» con EEUU que «son resultado de nuestras prioridades nacionales y percepciones». «Nuestra intención principal es trazar una política exterior independiente a la vez que promocionamos lazos más estrechos con todas las naciones, especialmente EE UU, con quien hemos tenido una relación duradera», afirmó Duterte.
Duterte insultó a Obama en respuesta a las críticas estadounidenses a la guerra contra la droga del Gobierno de Manila.
Duterte le dijo a Obama: «Debe ser respetuoso; que no me haga preguntas (sobre la lucha antidrogas) ni haga declaraciones. Hijo de puta, le insultaré en ese foro. Nosotros ya no somos colonia de Estados Unidos. ¿Quién se cree que es este hombre? Mi único dueño es el pueblo filipino».
Desde China, donde participaba en la cumbre del G20, Barack Obama comentó después que el presidente de Filipinas es «un tipo pintoresco».
«Lo que he hecho es pedir a mi equipo que hable con la parte filipina para ver si se trata de un momento en el que podemos mantener conversaciones constructivas», indicó Obama.
Luego, Ned Price, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, anunció a través de un comunicado que «el presidente Obama no mantendrá una reunión bilateral con el presidente Duterte la tarde del martes 6 de septiembre».
Duterte ganó las elecciones en mayo tras prometer que acabaría con el crimen y el tráfico de drogas en el país y de hecho pidió a los ciudadanos matar a los narcotraficantes.
Hasta ahora, alrededor de 1.900 personas han muerto en esta lucha antidroga, mientras las cárceles están desbordadas de presos en pésimas condiciones humanitarias y sanitarias.
Antes de acceder formalmente al cargo, ofreció 5,5 millones de pesos (unos 100.000 euros) por cada narcotraficante muerto.
Los discursos de Rodrigo Duterte, de 71 años, están salpicados de amenazas, groserías y palabrotas. Muchas palabrotas. Tantas que su programa semanal de televisión se graba para que cada una pueda ser tapada con un biiiiiiiip.
«Hijo de puta» y «jódete» son sus insultos preferidos. Ya le ha dedicado esas palabras al secretario de estado de EE UU, John Kerry; al embajador norteamericano en las islas, Philip Goldberg, e incluso al Papa Francisco.
