
El monumento a Simón Bolívar, ubicado en el corazón de la Plaza de Bolívar, en el centro de Bogotá, está siendo restaurado minuciosamente.
Luego de sufrir varios ataques de vandalismo este año, que terminaron con la destrucción de las escalinatas, el Instituto Distrital de Patrimonio Cultural (IDPC) y la Fundación Escuela Taller de Bogotá se dieron a la tarea de recuperar ese emblemático lugar, testigo de la historia del país.
En esa tarea participan restauradores, arquitectos, cuadrillas de construcción y estudiantes voluntarios. Los trabajos son arduos: se extienden jornadas completas y sus participantes se exponen al uso de agentes químicos.
Además, con agua y jabón en mano, quitan la pintura de grafitis y también reparan las losas, hechas en piedra, que resultaron destruidas en la manifestación del primero de mayo. Para remover la pintura de los grafitis, a veces es necesario usar la técnica de abrasión, que puede debilitar la piedra de forma significativa.
Pero ni los ratones interfieren en los trabajos que buscan dejar como nuevo el monumento. En su momento, tres voluntarios de la Escuela Taller se equiparon de pies a cabeza con botas, guantes industriales, máscaras antigás, gafas y cascos, para adentrarse en la plataforma del monumento, de donde sacaron tres costales de basura que servían de trinchera para decenas de roedores.
Mauricio Uribe, director del IDPC, explicó que la escultura de Bolívar en la plaza es reconocida por su “simbolismo”, y lamentó que sea objeto de “ataques con pintura y grafitis durante las manifestaciones ciudadanas”.
“Al ser un monumento ubicado en la plaza, un símbolo por excelencia de la democracia, representa la libertad. Es un lugar con una gran carga simbólica y, por lo mismo, la ciudadanía se apropia de manera incorrecta”, dijo Uribe.
El funcionario contó que, en lo corrido del año, ya han hecho cuatro intervenciones en la plaza de Bolívar, por cuenta de los daños que causan algunos manifestantes que, en medio de las protestas, cometen actos de vandalismo.
En los últimos tres años, de hecho, el Distrito ha invertido cerca de 1.300 millones de pesos en la recuperación de 1.608 estructuras que forman parte del patrimonio cultural de Bogotá, según las cifras del IDPC.
“Para la entidad representa una inversión de alto costo que implica materiales, tiempo y personal especializado. Eso sin contar con las gestiones administrativas que son demandantes porque se tramitan permisos ante el Ministerio de Cultura”, agregó Uribe.
