El hallazgo fue realizado por investigadores del Grupo de Evolución y Ecología de Mamíferos Neotropicales de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), quienes realizaron un inventario de las especies de murciélagos presentes en Bogotá.

Para ello, visitaron la reserva Thomas van der Hammen, el Jardín Botánico y la reserva del Venado de Oro del Instituto Alexander von Humboldt.

Según explica Miguel Antonio Zúñiga, estudiante del Departamento de Biología de la U.N. e investigador del grupo, en total se registraron 25 especies para Bogotá. Una cantidad apreciable al considerar que es una ciudad urbanizada con pocas áreas naturales conservadas.

“La especie Enchisthenes hartii estaba registrada para tierras mucho más bajas. Se alimenta de higos, frutas parecidas a las brevas y es típico de sitios muy conservados. Además, no se encuentra en zonas donde los humanos han perturbado mucho el medioambiente, por lo que hallarlo es un buen indicador de que la especie está sobreviviendo aquí en Bogotá”, puntualizó el investigador.

El ejemplar colectado de esta especie era una hembra embarazada, un aspecto importante, pues los murciélagos necesitan exceso de recursos para reproducirse.

Para el trabajo de campo utilizaron trampas conocidas como redes de niebla muy finas, algunas de 12 metros de alto por seis de ancho. Eran ubicadas durante tiempos estimados, que iban desde media hora a una hora y permitían atrapar los animales.

Una vez colectados, determinaban la especie, tomaban medidas para registrar su tamaño, eran marcados y liberados de nuevo.

“La mayoría son murciélagos de población residente en la ciudad que prefieren áreas urbanas o bosques semiconservados. Esto nos permite saber que el Jardín Botánico está funcionando como una zona de acopio para estos animales, abre su zona de distribución y nos da nuevos datos sobre su ecología. Además, se sabe que tienen una tendencia, entre mayor altitud disminuye el número de especies”, agregó.

El grupo de investigación, liderado por Yaneth Muñoz, docente del Instituto de Ciencias Naturales (ICN) de la U.N., también está estudiando las especies migratorias, es decir, las que emprendieron su vuelo desde otro país, tienen a Colombia como un punto de paso y luego continúan su recorrido.

Colombia, lugar de paso

Asimismo, se han registrado murciélagos insectívoros que vienen desde México, pasan por el país y luego bajan hasta Argentina.

Sobre las migraciones hay poca información, aunque han observado que estos quirópteros usan las mismas rutas que las aves, pero, durante la noche; además, son guiados por los espejos de agua.

Cada cierta distancia, estos mamíferos encuentran un humedal o un lago y vuelan teniendo en cuenta el reflejo de la luz de la luna. Sin embargo, debido al desecamiento de los cuerpos de agua y la deforestación sus rutas cambian.

Por ahora, la investigación aún se encuentra en etapa de análisis de resultados y hay una guía en proceso de publicación, que incluirá datos de los pequeños mamíferos terrestres que viven en Bogotá, así como datos de la dieta, el estado de conservación, los sitios donde pueden encontrarse y las guaridas que habitan normalmente.

Los avances del proyecto fueron expuestos a propósito de la celebración del Día del Biólogo en la U.N., que reconoció el trabajo adelantado por los docentes y estudiantes del departamento y realizó homenaje a los egresados y promociones antiguas.

— Agencia de Noticias UN-