Política

Nosotros vamos a cumplir, y esperamos que el gobierno cumpla: Timochenko

santos-timo–Ademas de «ofrecer perdón» (en cambio de pedir perdón), el máximo cabecilla de las Farc Rodrigo Londoño, alias «Timochenko», afirmó «que nadie dude que vamos hacia la política sin armas» y pidió a los colombianos prepararse «para desarmar las mentes y los corazones».Además notificó: «Nosotros vamos a cumplir, y esperamos que el gobierno cumpla».

En su discurso con ocasión de la firma del acuerdo del fin del conflicto, el mandamás de las Farc, que se llevó un gran susto, como todos los asistentes al acto, cuando culminaba su intervención por el ruidoso paso de un avión kafir de la Fuerza Aérea Colombiana, dijo:

«En nombre de las Farc-ep, ofrezco sinceramente perdón a todas las víctimas del conflicto, por todo el dolor que hayamos podido ocasionar en esta guerra».

Y complementó: «Qué Dios bendiga a Colombia. Se acabó la guerra. Estamos empezando a construir la paz. El amor de Mauricio Babilonia por la Meme, podrá ser ahora eterno y las mariposas que volaban libres tras él, simbolizando su infinito amor, podrán ahora multiplicarse por los siglos cubriendo la patria de esperanza».

En su extensa intervención, el cabecilla de las Farc advirtió que «en adelante, la clave está en la implementación de los acuerdos, de tal manera que lo escrito en el papel cobre vida en la realidad. Y para que ello sea posible, además de la verificación internacional, el pueblo colombiano deberá convertirse en el principal garante de la materialización de todo lo pactado».

También dijo que «con el Acuerdo que hoy suscribimos, aspiramos poner punto final en Colombia a la larga historia de luchas y enfrentamientos continuos que han desangrado nuestra patria, como destino cruel y fatal desde tempranas épocas».

Sobre la responsabilidad del grupo guerrillero en el desangre nacional dijo que se convino en La Habana la realización de rigurosas investigaciones sobre el esclarecimiento de la verdad histórica del conflicto colombiano.

«Dejemos por tanto a ellas las conclusiones finales», señaló. Pero que se reconozca que las Farc siempre intentamos, por todos los medios, evitarle a Colombia las desgracias de un prolongado enfrentamiento interno. Otros intereses, demasiado poderosos en el plano internacional y en los centros urbanos y los campos del país, se encargarían de inclinar la balanza en el sentido contrario a través múltiples medios y de una intensa acción comunicativa en la que la manipulación mediática y la mentira han hecho parte del pan de cada día.

No obstante–subrayó–, jamás podrá borrarse de la historia que, durante más de treinta años, cada proceso de paz significó un logro de la insurgencia y los sectores populares que lo exigían. Y que por tanto tenemos pleno derecho a declarar como una victoria de éstos la suscripción de este Acuerdo Final por el Presidente Juan Manuel Santos y la comandancia de las FARC-EP. Siendo igualmente justos, hay que decir que este tratado de paz es también una victoria de la sociedad colombiana en su conjunto y de la comunidad internacional.

Admitió que su «propósito de búsqueda de una salida política al desangre fratricida de la Nación, encontró en el Presidente Juan Manuel Santos un valeroso interlocutor, capaz de sortear con entereza las presiones y provocaciones de los sectores belicistas. A él le reconocemos su probada voluntad por construir el Acuerdo que hoy se firma en nuestra Cartagena heroica.

«Por primera vez en más de un siglo, se lograron por fin aunar suficientes voluntades para decir no a los amigos de la guerra, que durante tanto tiempo se apoderaron del acontecer nacional para sumirlo en un caos interminable y doloroso», precisó.

Igualmente se refirió a la conversión de las Farc en un movimiento político.

«Al contrario de quienes predican que nuestro ingreso a la política abierta en Colombia constituye una amenaza, sentimos que millones de colombianos y colombianas nos extienden sus brazos generosos, y felicitan a su gobierno por haber alcanzado al menos la terminación del conflicto armado, entre sus disímiles propósitos. De todas partes del mundo recibimos emocionados saludos de aplauso por lo conseguido. La paz de Colombia es la paz de Nuestra América, vuelven a repetirnos todos los gobiernos del continente.

Ante ellos sellamos nuestro compromiso de paz y reconciliación. Donde quiera que en adelante plante sus pies un antiguo combatiente de las Farc-ep, pueden tener la seguridad de encontrar a una persona decente, serena y sensata, inclinada al diálogo y la persuasión, a una persona dispuesta a perdonar, sencilla, desprendida y solidaria. Una persona amiga de los niños, de los humildes y ansiosa de trabajar por un nuevo país de modo pacífico, puntualizó.