Política

The New York Times considera acertado el Nobel de Paz a Santos

santos-nobel–«No hay duda de que el legado de Alfred Nobel se ha aplicado con inteligencia», precisa The New York Times al terciar favorablemente en la controversia suscitada por el otorgamiento del Nobel de Paz al presidente colombiano Juan Manuel Santos. En concepto del influyente diario el acuerdo de paz «fue un logro extraordinario».

En el editorial de la fecha, The New York Times destaca los premios que han suscitado controversia y cita los otorgados a Arafat, Rabin, Shimon Peres, Le Duc Tho (que se negó a aceptarlo), Henry Kissinger, Jimmy Carter, Al Gore y Barack Obama, entre otros.

«Todos causaron revuelo en su día», advierte y agrega que por lo tanto no es sorprendente que la decisión de dar el premio de este año al presidente Juan Manuel Santos de Colombia – por un acuerdo de paz que sus compatriotas rechazaron cinco días antes de que se anunciara el premio–haya «levantado las cejas globales».

Sin embargo, contrario a lo dicho por The Wall Street Journal, subraya que es que la misma historia de la controversia y el debate planteado por el Premio de la Paz, «que hace que el premio de este año sea merecido».

Añade que el Comité Nobel noruego de cinco miembros mantiene sus deliberaciones confidenciales, pero advierte que es muy evidente a partir de los nombres anteriores y de las citas de la comisión, que los miembros del jurado del Nobel en general han visto el premio no sólo como un reconocimiento de los logros, sino también como un estímulo y respaldo de las acciones en curso – incluso si eso significa crítica implícita de las alternativas.

Al efecto, señala que Carter, por ejemplo, fue galardonado con el Premio de la Paz en 2002, justo cuando el presidente George W. Bush se preparaba para ir a la guerra con Irak; el premio a Obama, unos escasos nueve meses después de tomar posesión como presidente, en una clara intención de fortalecer la posición política del nuevo líder.

Luego precisa: Puede ser que el comité del Nobel en un primer momento presume, como casi todos los demás, que el plebiscito el 2 de octubre mantendría el acuerdo de paz que el presidente Santos había alcanzado tras largas y arduas negociaciones con las Farc un grupo guerrillero de izquierda, pero el lenguaje del anuncio claro del comité era plenamente consciente de la estrecha derrota del acuerdo en el referéndum del domingo pasado y el peligro que ello planteaba de reanudación de la guerra civil.

Y fue inequívoca en declarar que el premio estaba destinado a «animar a todos aquellos que se esfuerzan por lograr la paz, la reconciliación y la justicia en Colombia».

El referéndum, señaló el comité, estaba en contra de los elementos específicos del acuerdo de paz, y no en contra de la paz. Sin embargo imperfecto, y por muy poco satisfactorio a las numerosas víctimas de la insurgencia de 52 años, el acuerdo fue un logro extraordinario para ambas partes, y en especial para el Sr. Santos.

Al efecto, el editorialista destaca que Santos como ministro de defensa, entre 2006 y 2009, realizó grandes ofensivas contra las Farc, pero al convertirse en presidente en 2010 puso en marcha el proceso de paz para poner fin a la guerra.

«Ya sea que el Premio de la Paz puede ayudar a dar vida a los esfuerzos de paz aún está por verse. Pero no hay duda de que el legado de Alfred Nobel se ha aplicado de manera inteligente», concluye The New York Times.

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