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Falta de combustible causó la tragedia del avión que transportaba al equipo Chapecoense

avion-00–El avión de Lamia, con el equipo Chapecoense del fútbol brasileño, se quedó sin combustible faltandole menos de 5 minutos para aterrizar en el aeropuerto Rionegro de Medellín. Esto es que si hubiese tenido gasolina para cubrir unos 10 kilómetros más, habría alcanzado a arribar a la terminal aérea sin complicaciones.

Esta es la conclusión a que llegó la Aeronautica Civil Colombiana–que confirma lo que desde un principio se venía diciendo–, en la indagación preliminar hecha en el sitio en el cual la aeronave chocó, en el proceso de aproximación a la terminal aérea de la capital antioqueña.

El hecho es que el Avro de Lamia, careciendo de autonomía para ello, hizo un vuelo de más de 3 horas, cubriendo una distancia de más de 2 mil 900 kilómetros, sin hacer ninguna escala para reabastecerse de combustible.

Según lo explicó la Aerocivil, este tipo de avión tiene una capacidad de almacenamiento de combustible de 11,776 litros, para una autonomia de vuelo de 2 mil 962 kilómetros.

Así las cosas, teniendo en cuenta que la distancia entre el aeropuerto de Viru Viru, de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, y el aeropuerto José María Córdova en Antioquia es de 2.972 kilómetros, le faltó gasolina para cubrir apenas 10 kilómetros y aterrizar sin complicaciones la noche del 28 de noviembre.

El secretario de Seguridad Aérea de la Aerocivil, Freddy Bonilla dijo textualmente:

«Al llegar al sitio del accidente y poder hacer inspección de todos los restos, podemos afirmar que la aeronave no tenía combustible al momento del impacto».

Teniendo en cuenta esta conclusión preliminar, se dio comienzo a la investigación para establecer las razones por las cuales la aeronave no disponía del combustible necesario para su vuelo entre Santa Cruz de la Sierra en Bolivia y la ciudad de Medellín, en Colombia.

La evidencia de este hecho es que al chocar en tierra la aeronave no se incendió. Además, no se encontraron rastros de combustible derramado.

«Lamentablemente, la aeronave no contaba con el combustible reglamentario para la contingencia”, afirmó Freddy Bonilla, tras advertir que la reglamentación de aviación internacional establece que toda aeronave debe contar con una reserva de combustible por lo menos para 30 minutos de vuelo adicionales con el fin de sortear cualquier dificultad que se presente y que obligue a prolongar el viaje.

El secretario de Seguridad Aérea de la Aerocivil, Freddy Bonilla reveló que la falta de combustible la advirtió el piloto del avión poco antes del desastre.

Lo hizo a las 9 y 48 de la noche, cuando el control de tráfico aéreo le pidió que explicara el problema para autorizar la aproximación a la pista.

«Dos minutos y 40 segundos después–agregó– la aeronave declara emergencia, por lo cual nuestro tráfico aéreo despeja los dos tráficos anteriores para que dicha aeronave tenga aproximación directa y prioritaria. A los 5 minutos luego reporta falla total eléctrica y requiere vectores y el tráfico da apoyo, pero minutos después se pierde control radial, que da la posibilidad de dar servicio de vectores, y se observa la aeronave a 9.000 pies y se pierde comunicación”.

Sin embargo, además del asunto del combustible, la investigación continuará para establecer las causas de la falla eléctrica que reportó el piloto poco antes del desastre.

EL ÚLTIMO DIALOGO DEL PILOTO

De acuerdo con la grabación de la comunicación que tuvo el piloto del avión, Miguel Quiroga con la torre de control del aeropuerto de Medellín, este reportó «emergencia de combustible» y también una falla en el sistema eléctrico.

La transcripción del diálogo es la siguiente:

“Piloto: Solicito vectores para acercamiento señorita.

Operadora: Atento tengo una aeronave debajo suyo efectuando la aproximación, ¿qué tiempo tiene para permanecer en aproximación?

Piloto: No, estamos en emergencia de combustible señorita, por eso le pido de una vez …”

En ese momento, la operadora autoriza el aterrizaje de otra aeronave y nuevamente el piloto del avión de Lamia, con un tono en su voz de desesperación, le pide que le autorice el descenso de inmediato.

“Piloto: necesito descenso de inmediato”.

Seguidamente la operadora declina la autorización que había dado para aterrizaje a la aeronave de Avianca y le dice al piloto del Lamia que puede iniciar la aproximación.

“Piloto: ¡Señorita tenemos falla total eléctrica, sin combustible!

Operadora: Pista libre, bomberos alertados.

Piloto: ¡Vectores señorita, vectores a la pista!”

La operadora le dice que no lo tiene en altitud y él le reitera que está a 9.000 pies de altura “¡ayúdenos, vectores!”.

Luego ella le advierte que está a 8.2 millas de la pista y le pregunta ¿qué altitud tiene ahora?.

Sin embargo, el piloto no responde. Es cuando la aeronave se estrella.

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