El Gobierno de Panamá anunció este viernes que reducirá de 180 a 90 días el permiso de estadía en el país como turistas de los ciudadanos de Colombia, Venezuela y Nicaragua, en el marco de una política de endurecimiento de los controles de ingreso y permanencia de extranjeros.
«La medida va estar enfocada en reducir de 180 a 90 días el permiso de estadía como turista» de esos tres países «y asegurar que estos tengan los ingresos que certifiquen que vienen como tal», anunció este viernes el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela.
La orden migratoria será formalmente aprobada la semana que viene por el Ministerio de Seguridad, que también endurecerá los controles para vigilar los antecedentes penales de los extranjeros que ingresen al país, añadió Varela en declaraciones a los medios.
Debido a su pujanza económica y a su estabilidad sociopolítica, Panamá ha sido en los últimos años uno de los destinos más elegidos por muchos migrantes de la región, principalmente venezolanos, colombianos y centroamericanos.
«Sin duda alguna, sí se ha dado una migración fuerte», afirmó el mandatario.
Las autoridades del Servicio Nacional de Migración (SNM) de Panamá ha detectado que muchos extranjeros han utilizado la figura de turista para permanecer en el país, pues cumplido los 180 días reglamentarios salen del territorio por corto tiempo y vuelven a ingresar, de nuevo como turistas.
Esa situación llevó a que varias decenas de venezolanos quedaran varados en marzo pasado en Paso Canoas, la frontera entre Panamá y Costa Rica, ya que aprovecharon la Semana Santa para salir de territorio panameño pero las autoridades les impidieron el reingreso al constatar que tenía varias entradas y salidas como turistas.
«El sistema de informática que estamos utilizando para verificar establece cuándo las personas tienen varias salidas y entradas como para renovar sus seis meses de turistas. Cuando se pasa ese tiempo, los extranjeros deben aplicar otro tipo de alternativa que les permita la ley para permanecer en el territorio nacional», dijo a entonces a Efe el comisionado del SNM en la provincia panameña de Chiriquí, Alfredo Córdoba.
En enero pasado, entró en vigor un decreto que instauró visas de turistas como requisito a las personas que poseían un permiso de entrada o residencia en los países de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y Australia.
En el documento, el Ejecutivo panameño argumentó que buscaba «dedicar la mayor parte de recursos disponibles al control migratorio y al fortalecimiento de los mecanismos de verificación y control de inmigrantes de nacionalidades que tienen mayor incidencia en el índice de seguridad del país», sin identificarlas.
Algunos sectores de la sociedad panameña alientan desde hace un tiempo la retórica xenófoba y denuncian que la llegada de extranjeros tiene relación con la ocupación ilegal de puestos de trabajo exclusivos por ley para nacionales y con ciertos actos delictivos que se están cometiendo en el país, como el robo a mano armada de motorizados o el sicariato.
«Es importante que la ciudadanía sepa que todo extranjero que comete delito en este país, una vez pagan su pena, el Servicio Nacional de Migración es y será enérgico en la expulsión de estas personas», afirmó este viernes el director de Migración, Javier Carrillo, a la cadena local TVN.
A pesar de que el crecimiento económico de Panamá registra una clara tendencia a la desaceleración, el país sigue siendo uno de los grandes motores regionales.
La economía panameña creció en 2016 un 4,9 %, el menor porcentaje en los últimos 5 años. Con EFE