Uno de cada dos estudiantes no logra graduarse, una cifra que además de preocupante, es un tema que de fondo nos afecta a todos. Para ver el impacto completo es importante analizar cuatro puntos.

El primero es el de los estudiantes, que ven frustrado el camino de la educación como mecanismo para desarrollar sus planes de vida tanto profesionales como personales. El segundo es el de los padres, que con grandes esfuerzos ponen sus recursos en manos de las IES (Instituciones de Educación Superior).

El tercero es el de las IES privadas que están teniendo pérdidas millonarias, y ven afectada su sostenibilidad. Y el cuarto es de los recursos públicos, ya que la deserción deja cientos de miles de millones de pérdidas anualmente.

En efecto, si un estudiante de universidad pública nos cuesta 8 millones de pesos al semestre y dicho estudiante deserta en quinto semestre, se habrá perdido una inversión de 40 millones. Ahora, si esta situación les ocurre a 10.000 estudiantes de educación pública estamos hablando de una perdida de cerca de 400.000 millones en una cohorte de estudiantes.

Entendiendo este gran reto que tiene el país, se han implementados esfuerzos desde sector público y privado. Desde el público por ejemplo, el Ministerio de Educación Nacional a partir del 2010 ha otorgado más de $1.400 millones a IES como parte de la financiación de proyectos de retención estudiantil. Por otra parte, desde el sector privado, empresas como Bersoft que se han dado a la tarea de implementar soluciones de base tecnológica, que han permitido reducir hasta en un 30% la deserción universitaria y que ya trabajan conjuntamente con 23 IES en el país.

De acuerdo con Camilo Bernal, fundador de Bersoft, “Lo que hacemos es permitir que las instituciones tomen decisiones apropiadas en el momento justo para que cada recurso invertido en apoyos académicos, económicos o de bienestar sea pertinente y de respuesta a un riesgo real que está sufriendo el estudiante.”

El sistema de permanencia de Bersoft es una aplicación web que potencializa el alcance de las IES en dos frentes.

El primero es en el diagnóstico, ya que desde la primera semana de clases el sistema genera un mapa de riesgos de cada estudiante por medio del sistema de alertas tempranas que integra información de varias bases de datos de la institución, al tiempo que implementa una caracterización.

El segundo es la intervención en donde el sistema permite centralizar el registro de los apoyos al estudiante, logrando así conocer la gestión, cobertura e impacto logrado por las estrategias de permanecía implementadas.

Además de un apoyo a la permanencia, la herramienta apoya 1 de cada 4 lineamientos en permanencia para la acreditación de alta calidad de las IES, y permite automatizar la creación de varios informes que se deben reportar al Ministerio de Educación.

La deserción se reduce cuando “La universidad coordina los riesgos reales de los estudiantes y los diferentes servicios de apoyo que ofrece. Esta asertividad permite mejorar el desempeño y bienestar de los estudiantes con los mismos recursos, pero mejor enfocados.”

La deserción es una epidemia que deja sin educación superior a más de 200.000 estudiantes por año y debe ser contenida, por medio del compromiso real y transversal al interior de las instituciones, y el uso de herramientas tecnológicas que permita alinear, medir, evaluar, mejorar y dar un sentido a cada estrategia implementada..