Noticia Extraordinaria Tema del Día

Pese al escándalo que no termina, Odebrecht se niega a desaparecer; cambiará de cara y de actitud

Luciano Guidolin, nuevo presidente de Odebrecht- Foto: Difusión
–«Lo sucedido en el pasado se queda en el pasado», declaró el nuevo presidente de Odebrecht, Luciano Guidolin, quien notifico que la firma brasileña seguirá con el mimo nombre, cambiará de cara y de actitud, pese al escándalo de corrupción por el pago de millonarios sobornos a gobiernos y a cientos de políticos de América Latina para lograr jugosos contratos de construcción.

«Odebrecht no va a terminar, la empresa vivió dos años de grandes desafíos pero estamos comprometidos en encontrar soluciones», afirmo Guidolin en una entrevista publicada en el diario «Estado de Sao Paulo», la primera que concede desde el 12 de mayo pasado, cuando fue designado en el cargo.

«En nuestra planificación las empresas del grupo tendrán socios y acciones en Bolsa, si el mercado lo permite», añadió Guidolin, de 44 años de edad, paulista descendiente de inmigrantes italianos, graduado en Ingeniería de Producción en la Escuela Politécnica de la USP, con una maestría en Administración de Empresas de la Universidad de Harvard, y quien comenzó en Odebrecht como pasante en las empresas que dieron origen a Braskem, considerada la mayor petroquímica de latinoamérica brasileña, con sede en Sao Paulo.

Luciano Guidolin, sustituto de Marcelo Odebrecht, quien fue detenido en junio de 2015 y purga una condena de 19 años y cuatro meses de cárcel por delitos de corrupción, indicó que la prioridad ahora es reestructurar internamente cada empresa del grupo para alcanzar estándares que les permitan tener el capital abierto en el futuro.

Aunque el epicentro del escándalo está en Brasil las acusaciones de corrupción se extienden por otros 12 países: Angola, Argentina, Colombia, Ecuador, Estados Unidos, Mozambique, Guatemala, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela.

Así las cosas, la empresa sigue pagando multas millonarias por los delitos de corrupción cometidos, e intenta llegar a acuerdos para poder continuar operando en algunos países que amenazaron con expulsarla de sus territorios, como Ecuador y Perú.

De hecho, en abril de este año, Estados Unidos multó a Odebrecht por US$2,600 millones como parte de un acuerdo de lenidad, que compromete a la firma a colaborar con la justicia y someterse a un control de gobernanza más estricto.

«Lo sucedido en el pasado se queda en el pasado», dijo Guidolin, quien agregó que ese fue «uno de los desafíos» a los que se enfrentó la empresa.

«Las reacciones iniciales fueron más intensas, pero estamos colaborando y ellos entienden que la empresa merece continuar operando, también por el hecho de que tiene que pagar las multas acordadas», explicó.

El presidente de la compañía dijo que Odebrecht ya ha llegado a un «acuerdo» con República Dominicana y con Ecuador, y está «en conversaciones» con otros países.

El presidente no cuantificó cuánto le costó a la compañía la corrupción, pero asegura que actualmente tiene una cartera de proyectos superior a 16.000 millones de dólares y que está estableciendo una «base sólida» para poder volver a crecer a partir de 2019.

«Sufrimos duras penas y aprendimos de nuestros errores, sabemos que sólo reconquistaremos la confianza de la sociedad si continuamos diciendo la verdad», asumió, descartando así un eventual cambio de nombre para el grupo, por temor a que pareciera una simple maniobra estética.

Odebrecht se instituyó como empresa en 1944 y está acusada de haber repartido durante décadas sobornos a funcionarios públicos y altos cargos del Gobierno para obtener beneficios en contrataciones de obra pública. (Información de la agencia Spunik)