
Día a día son más preocupante las cifras que revelan la mala calidad del aire en Colombia. El listado de ciudades que enfrentan problemas de contaminación del aire crece sin parar. Los casos más conocidos son Bogotá y Medellín. Pero no son los únicos. La verdad es que en muchas ciudades, ni siquiera se mide la calidad del aire, por tal motivo se desconoce la situación real.
Los efectos de la calidad del aire se ven reflejados en temas de salud pública de todo tipo, estos son: visuales, pulmonares, neurológicos, cardiovasculares, e incluso cancerígenos y por tanto, su costo asociado está asociado no sólo al momento presente sino al manejo posterior de enfermedades de amplio tratamiento.
El grupo de investigación CLIMA de la Universidad de La Salle, integrado por expertos en calidad del aire, realizó un estudio sin precedentes. Se trata de la primera vez, que en Colombia se usan resultados de un modelo de calidad del aire para estimar los efectos en la salud, conociendo además las zonas y períodos de mayor impacto.
El hallazgo principal del estudio es que la contaminación del aire en Bogotá, representó en el año 2014, un costo aproximado a los 1.000 millones de dólares, es decir, 1.1% del PIB de la ciudad. El valor se obtiene de contabilizar las mortalidades prematuras, enfermedades respiratorias y cardiovasculares, asociadas a los niveles de contaminación atmosférica en la ciudad por material particulado en el año de estudio.
“El primer paso para facilitar el entendimiento del estudio es explicar qué son las partículas PM2,5 porque las vamos a mencionar varias veces. El material particulado respirable presente en la atmósfera, ya sea en forma sólida o líquida (polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento y polen, entre otras) se divide, según su tamaño, en dos grupos principales. A las de diámetro aerodinámico igual o inferior a 10 micrómetros (1 µm corresponde a la milésima parte de un milímetro) se las denomina PM10 y a la fracción respirable más pequeña, PM2,5. Estas últimas están constituidas por aquellas partículas de diámetro aerodinámico inferior o igual a los 2,5 micrómetros, es decir, son 100 veces más delgadas que un cabello humano”, explica Jorge Pachón, líder del grupo de investigación CLIMA y docente de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de La Salle.
Para estimar las concentraciones de PM10 y PM2.5 el grupo de investigación, uso el sistema de modelación de calidad del aire de Bogotá, una herramienta que se nutre de información meteorológica y del inventario de emisiones de la ciudad. El modelo ha sido previamente evaluado con datos de la Red de Monitoreo de la calidad (RMCAB) del aire que opera la Secretaría Distrital de Ambiente. Tanto el modelo como las observaciones de la RMCAB coinciden en señalar las zonas sur y occidental de la ciudad como las más críticas en cuanto a los niveles diarios de partículas (PM10 y PM2.5) en la ciudad, es decir, son las zonas con mayor contaminación del aire en la ciudad, y los meses de enero y febrero como los más críticos de contaminación.
“La contaminación del aire es un riesgo para la vida humana, a diferencia del agua, donde tenemos la opción de evitar consumir agua contaminada, en el aire no aplica porque tenemos que respirar el aire que nos rodea, el cual muchas veces contiene elementos y compuestos que pueden afectar la salud humana y el ecosistema”, agrega Pachón.
Los detalles de la investigación y los hallazgos encontrados serán revelados en el VI Congreso Colombiano y Conferencia Internacional de Calidad del Aire y Salud Pública (CASAP) que será realizado en Cali del 6 al 8 de Septiembre de 2017.
