Internacional

Papa Francisco le pide a Trump reconsiderar la ley sobre las deportaciones de indocumentados

Este lunes, a bordo del avión papal que lo condujo a Roma tras culminar su visita de cinco días a Colombia, el papa Francisco envió varios mensajes al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, refiriéndose a algunas de las medidas adoptadas por el mandatario.

En primer lugar, el papa deseó que Trump «reconsidere» la ley sobre las deportaciones de indocumentados (los dreamers) que afecta a miles de latinoamericanos. «No conozco bien la ley», admitió el pontífice, quien recalcó que «separar a los jóvenes de la familia, nunca da buenos frutos, ni para los jóvenes ni para la familia», aseguró.

«Tengo la esperanza de que la reconsidera, porque yo escuché al presidente de Estados Unidos definirse como un hombre ‘prolife’, un defensor de la vida. Entonces, si es un buen ‘prolife’ entiende la importancia de la familia y de la vida y que se debe defender su unidad», recalcó.

«Cuando los jóvenes se sienten explotados, al final pierden la esperanza. ¿Y quién se la roba? La droga, las otras dependencias, el suicidio juvenil. Y eso ocurre cuando les arrancan de sus raíces. Es muy importante tener raíces», comentó hablando en italiano con los cerca de 70 periodistas que lo acompañaban en el avión papal. «Los jóvenes desarraigados hoy piden ayuda, quieren recuperar las raíces», aseguró.

Trump, en una decisión hostil para cientos de miles de inmigrantes llegados ilegalmente a Estados Unidos cuando eran niños, derogó el martes pasado un decreto de su predecesor Barack Obama que permitía aplazar las deportaciones de estos hoy jóvenes, conocidos como «dreamers» (soñadores).

Al revocar el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA en inglés), por el cual unas 800.000 personas obtuvieron desde 2012 un estatus legal temporal, el presidente cumplió una promesa de campaña de tolerancia cero hacia los inmigrantes ilegales.

El mandatario estadounidense sin embargo abrió un periodo de gracia de seis meses para que el Congreso pueda dar una solución legal duradera. Muchos de los «dreamers» sólo conocen como propio país a Estados Unidos y no fueron alfabetizados en su lengua materna.