El Vicepresidente de Colombia general (r) Óscar Adolfo Naranjo, lamentó la muerte de uno de los campesinos que resultó herido el pasado cinco de octubre en la vereda el Tandil, luego que se registrara una fuerte balacera, aún sin determinar los responsables, en la que seis personas fallecieron en el lugar, lo que asciende a siete las víctimas de este lamentable caso en Tumaco-Nariño.

Según el Vicepresidente, se trata de una de las 20 personas que inicialmente fueron trasladadas a las diferentes unidades hospitalarias de la ciudad, pero esta última debido a la gravedad de sus heridas había sido remitida a Pasto, donde falleció en la mañana de este jueves.

«Lamentablemente tenemos la información de que uno de los heridos que se recuperaba en la ciudad de Pasto murió por la gravedad de sus heridas, extendemos nuestras condolencias a la familia», expresó el general (r) Naranjo.

A pesar de la advertencia que había anunciado el gobernador del departamento, el general precisó que lleva siete días revisando la situación de Tumaco por lo que en ningún momento se han subestimado estas alertas tempranas y que por supuesto son llamados que se atienden desde cualquier sector y que en ningún momento el Gobierno ha sido indolente e indiferente a estos llamados.

«Francamente no da a lugar que se diga que se están menospreciando esos llamados, que el Gobierno haya sido indolente y que estas alertas se conocen, el Vicepresidente ha estado aquí en siete ocasiones, lleva una semana aquí y la verdad es que no es cierto que se subestimen esas alertas», precisó el general.

Reconoció el trabajo que adelanta la Policía en concentrarse para trabajar por rescatar la confianza de la ciudadanía y la llegada del coronel Palomino será una oportunidad para acercar más a la ciudadanía con la Institición, gracias a su capacidad de liderazgo que ha desarrollado en otras regiones del país.

Finalmente, advirtió que hay una tensión latente de los campesinos que se oponen a la erradicación y sustitución y en medio de esta familias que se quieren apartar de esta actividad ilícita, por lo que es necesario atenderla por un tiempo considerable en acciones encaminadas a llevar seguridad y protección a las comunidades, programas de atención y consertación y diálogo.