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Latinoamérica avanza en su lucha contra el neumococo

En el marco del Día Mundial contra la Neumonía, las autoridades de salud destacan los avances de la inmunización en la lucha contra el neumococo en Latinoamérica.

Según el más reciente informe revelado por el Grupo Técnico Asesor (GTA o TAG en inglés) de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), gracias a las vacunas antineumocócicas conjugadas existentes, se redujeron las hospitalizaciones y las defunciones debidas a neumonía, meningitis e infección neumocócica invasiva en los niños menores de 5 años en la región.

El neumococo es un microorganismo que se instala en la garganta o vías respiratorias de los individuos, que puede transmitirse por contacto directo con secreciones respiratorias de pacientes y personas que están sanas, pero que son portadoras del virus. Se calcula que en América Latina y el Caribe, esta enfermedad causa entre 12.000 y 28.000 muertes, 182.000 hospitalizaciones y 1,4 millones de consultas ambulatorias cada año, debido a infecciones de oído, neumonía, sepsis y meningitis, de las cuales, tres son potencialmente mortales.iii Esto demuestra que la enfermedad neumocócica sigue siendo una amenaza importante para los niños en todo el mundo.

Sin embargo, las autoridades, como la OPS, reconocen el impacto positivo de la vacunación contra el neumococo en países latinoamericanos, como Colombia, y han afirmado que los avances en la lucha contra la enfermedad se deben en gran medida a que los gobiernos han introducido las vacunas antineumocócicas conjugadas en sus planes ampliados de inmunización –PAI-.

De acuerdo con el estudio del GTA, las dos vacunas conjugadas contra el neumococo (PCV) disponibles en la actualidad, tienen perfiles similares de seguridad, efectividad e impacto. Lo cual significa que ninguna de ellas es superior a la otra y, por el contrario, son igualmente efectivas contra las hospitalizaciones y las defunciones a causa del virus en niños menores de 5 años.

En efecto, los expertos recomiendan a los países de la región introducir y/o mantener la vacuna contra el neumococo en sus esquemas de rutina. Asimismo, aconsejan elegir un esquema de inmunización basado en el perfil epidemiológico local de la enfermedad y la capacidad de lograr altas coberturas; y seguir midiendo el avance o retroceso de esta patología.

Al respecto, la doctora Diana Cáceres, Gerente Médica de Vacunas de GSK, explica que “los resultados del estudio citado por este grupo de expertos de la OPS muestran que el uso de las vacunas antineumocócicas conjugadas en los programas de inmunización ha sido una decisión efectiva, ya que está demostrando avances relevantes en la protección de los niños en Colombia y la región”.

A julio de 2017, 34 países de la región proporcionaban la vacuna conjugada contra neumococo dentro del esquema nacional de vacunación, lo que representan el 90% de los niños nacidos en Latinoamérica que están recibiendo las vacunas contra neumococo a través de los programas públicos de inmunización, incluyendo Colombia.

No obstante, los expertos indican que un programa de vacunación exitoso, al igual que otros programas de salud pública, debe caracterizarse por la sencillez, permitiendo que se adapte al entorno y de esta forma garantizar la prestación sostenible de los servicios de inmunización. Para el cual, “debemos seguir las estrategias impulsadas por la Organización Mundial de la Salud, vacunar a nuestros pequeños y brindarles una nutrición adecuada, para mejorar sus defensas naturales, incluyendo la lactancia materna exclusiva en los primeros 6 meses de vida, y de esta manera, reducir la mortalidad infantil debido a patologías como el neumococo, neumonía y otras infecciones prevalentes en la infancia como la diarrea”, comenta la doctora Cáceres.

Cabe destacar que, para prevenir la neumonía, además de las anteriores recomendaciones, los profesionales de la salud aconsejan mantener condiciones ambientales que contribuyan a reducir la contaminación del aire (por ejemplo, consumo de tabaco en espacios cerrados, cocinar con leña, etc.) y la buena higiene en el hogar. Como con otras infecciones que se trasmiten por vía respiratoria, evitar el contacto de los niños con las personas enfermas, el lavado de manos y taparse la boca al toser, o estornudar con el pliegue del codo y no con las manos, pues esto ayuda a reducir el riesgo de la infección.